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martes, 20 de abril de 2021

EL CARTEL DE LAS MEDICINAS EN MEXICO

EL CARTEL DE LAS MEDICINAS

- En México

Sanjuana Martinez

Hay otro tipo de carteles, aquí el llamado Cártel de las Medicinas. Se llevaban 241 mil MILLONES de pesos anuales, repartidos entre 10 proveedores de medicamentos, entre los que destacan Roberto  Madrazo ,Miguel A.Osorio Chong, Manlio Favio Beltrones,Emilio Gamboa  y el propio José Narro. El régimen anterior dejó un sistema de salud en ruinas, lo saquearon.


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viernes, 26 de marzo de 2021

"El hombre: un lobo para el hombre" (Y las empresas farmacéuticas una jauría para la humanidad) - José I. Gzz Faus, 2021

 "El hombre: un lobo para el hombre" (Y las empresas farmacéuticas una jauría para la humanidad)




"No se puede servir al hombre y al dinero"

"Estas informaciones es difícil encontrarlas en los medios de comunicación habituales (que pese a su buena voluntad -cuando la tengan- están más al servicio del Capital que de la verdad)"

Las multinacionales hacen competir entre sí a los países para lograr el precio deseado

Esta crisis ha demostrado otra vez que la Unión Europea no existe en el plano geopolítico e industrial…

En la economía del “libre mercado organizado”, lo único “libre” es el poder exorbitante que los Estados han concedido a la industria farmacéutica


20.03.2021 José I. González Faus

En el año 2006, el Centro de estudios “Cristianismo y Justicia” publicó uno de sus Cuadernos (141), titulado Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas, obra de Teresa Forcades, médico y religiosa benedictina. Los problemas entonces eran otros (el SIDA por ejemplo) y la autora se atrevía a manifestar un cierto optimismo al final (“Una oportunidad para desmantelar el sistema”).

Quince años después, la edición castellana de Le Monde Diplomatique (marzo 2021, pgs. 1.24-25), parece volver sobre el tema en un artículo titulado Las patentes, un obstáculo para la vacunación universal, obra conjunta de tres autores (dos de ellos médicos y el otro sociólogo, coordinador de Santé: urgence).

Le MOnde Diplomatique

Como estas informaciones es difícil encontrarlas en los medios de comunicación habituales (que pese a su buena voluntad -cuando la tengan- están más al servicio del Capital que de la verdad), quizá valga la pena reproducir aquí algunos extractos de ese artículo que ojalá pudiera ser conocido completo por mucha más gente. Todo lo que sigue en cursivas, es cita de LMD. Algunas mínimas aclaraciones mías recobran la letra redonda. También es mía la disposición en forma de capítulos numerados.

1.- Todos recordamos el aluvión de buenas intenciones formuladas durante el confinamiento en la primavera de 2020… Pero las promesas se han quedado en meros deseos: más de 39 millones de dosis de vacuna se han administrado a día de hoy en al menos 49 países de renta alta. Solo 25 en uno de los países de los más débiles [¡25! sin ningún cero]

2.-Los laboratorios han recibido miles de millones de euros en subvenciones de los Estados y de la Comisión Europea (que pagó más de 2000 millones durante la preparación de las vacunas) para la investigación y el desarrollo y la posterior producción en masa de las vacunas, limitando de facto los riesgos de las farmacéuticas. No obstante, estas últimas conservan la propiedad de las patentes, negocian al alza los precios con los Estados y restringen las posibles donaciones o reventas de las vacunas a los países en vías de desarrollo… Además, la responsabilidad jurídica de las empresas se limita al máximo en caso de efectos secundarios graves, siendo esta asumida por los Estados firmantes…

3.-El 13’5 de la población mundial, que habita en los países ricos, ha incorporado anticipadamente el 51% de las dosis, según Oxfam. En el mismo seno de la Unión Europea, las primeras entregas desvelaron desigualdades flagrantes… Alemania está negociando de mutuo acuerdo para hacerse con dosis suplementarias, pese a su adhesión al mecanismo conjunto de adquisición de vacunas firmado por la Comisión Europea.

4.- Pese a esta cada vez mayor imbricación entre investigación básica, fondos públicos y sector privado, los derechos sobre la propiedad intelectual no cesan de reforzarse…, las multinacionales hacen competir entre sí a los países para lograr el precio deseado, aun cuando haya que conceder bajo mano descuentos según volumen de ventas.

5.- El artículo 31 de los acuerdos sobre los derechos de la propiedad intelectual (que normalmente duran 30 años), permite su “derogación  en situaciones de emergencia nacional u otras circunstancias de extrema urgencia o en caso de utilización pública sin fines comerciales” [N.B.- A esto se llama “licencia obligatoria”]. Este es claramente el caso actual: ¿por qué no recurrir a ella como piden…? [Sigue una serie de países].                                                 [Pues,  porque] activar esa licencia obligatoria equivale a iniciar un pulso con otras potencias  soberanas, en particular con Estados Unidos, sede de las dos farmacéuticas que ofrecen las vacunas más efectivas actualmente.

6-- Estados Unidos, a su vez, nunca ha tenido tales escrúpulos. A raíz de las amenazas de bioterrorismo que siguieron al 11S… el país no dudó en utilizar la licencia obligatoria como chantaje para producir el medicamento contra la enfermedad del carbunco (la ciprofilaxina), patentada por Bayer. Los laboratorios finalmente cedieron y bajaron el precio…

7.- Esta crisis ha demostrado otra vez que la Unión Europea no existe en el plano geopolítico e industrial…

8.- Convendría aprovechar las iniciativas ciudadanas a favor de que la vacuna sea considerada bien público mundial y, sobre todo, ponerse de acuerdo con otras potencias, especialmente China, Rusia y la India, para contrarrestar el dominio de las empresas farmacéuticas estadounidenses cuyos intereses defiende su gobierno… Toda la información (patentes, procesos) debería entregarse a empresas de los Estados pobres o emergentes, capaces de montar líneas de producción y venderlas a bajo precio a los países en desarrollo.

9.- En la economía del “libre mercado organizado”, lo único “libre” es el poder exorbitante que los Estados han concedido a la industria farmacéutica.

Hasta aquí la cita de LMD. Permítaseme un comentario algo jocoso y otro más serio.

A.- El artículo cita también unas palabras del presidente Macron, extrañado de cómo era posible que en Francia no hubiera mascarillas (como tampoco en Italia, en Alemania, en España…). Macron, como cualquiera de nosotros, debe estar acostumbrado a que, en cualquier edificio público de cierto tamaño, encuentras estratégicamente colocados, una serie de “extintores” de incendios, cuya finalidad mayor es no ser utilizados nunca. Pese a lo cual esos aparatos (mucho más caros que las mascarillas, por supuesto) deben estar ahí por si acaso (o “por si las flies” que diría Paco Umbral).

Me parece ver en ese contraste un buen reflejo de la mentalidad moderna: nos guiamos por el miedo mucho más que por la razón. Y nuestra pedantería presuntuosa nos impide temer a esos enemigos que consideramos pequeños y despreciables.

B.- Y mucho más serio. Aprovechar las necesidades humanas para el propio enriquecimiento es una de las tentaciones más frecuentes y más viles de nuestra pasta humana. Hace ya unos 25 siglos que un orante rezaba: “los malhechores discursean profiriendo insolencias; trituran y oprimen a tu pueblo, Señor. Asesinan a los indefensos (viudas y forasteros), degüellan a los huérfanos y comentan: ‘Dios no lo ve’…” (salmo 94).

Por eso es inevitable recordar la clara frase de Jesús de Nazaret: “no podéis servir a Dios y a Dinero”. Hoy nos sentimos liberados de esa advertencia, profesando que “Dios ha muerto”. Pero resulta que como, según Jesús, la única manera válida de servir a Dios es servir al ser humano, la frase citada se convierte en esta otra: “no podéis servir al hombre y al dinero”.

Y en esas estamos. Aunque toda la publicidad parezca montada para decirnos exactamente lo contrario.


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viernes, 15 de mayo de 2020

#Covid-19: La OMS gestiona la pandemia financiada por farmacéuticas y multimillonarios - mjara2020

 

#Covid-19: La OMS gestiona la pandemia financiada por farmacéuticas y multimillonarios


Por 

12 de abril de 2020

Con la crisis sanitaria de la Covid-19 estamos aprendiendo, entre otras muchas cosas, que la sanidad no se puede descuidar con recortes o privatizaciones. Y ¿qué es de la financiación de la mayor institución sanitaria del planeta, la Organización Mundial de la Salud (OMS)? ¿De dónde o quién proviene el dinero que permite su funcionamiento? No hace falta recordar que la OMS es quien está tomando todas las decisiones sobre la pandemia actual de coronavirus (desde la catalogación como pandemia a las medidas que han de tomar todos los estados).

Escribámoslo ya, desde el principio, la mayor parte de su financiación corre a cargo hoy de la industria farmacéutica, sobre todo de fabricantes de vacunas y de donantes privados. El que más aporta de estos últimos con mucha diferencia es Bill Gates, el dueño de la multinacional de la informática Microsoft, a través de la Fundación Bill & Melinda Gates que comparte con su mujer.

El magnate de la comunicaciones fue quien más aportó en 2015: 185 millones de dólares; 95 veces más que España. Ríete tú Amancio Ortega.

No es nuevo, lo publicó hace unos años la Cadena SER, la tabla de abajo está elaborada con datos de la propia OMS y en ella pueden verse qué farmacéuticas financian la institución (¿pública?) global:

En teoría, para pagar los gastos de la OMS los casi 200 estados que la componen han de poner una cuota fija en función de su nivel económico. Esa dotación obligatoria se ha ido reduciendo con el tiempo y ya es sólo una pequeña parte del presupuesto de la institución. Los «recortes sanitarios», como vemos han ido llegando no sólo a los sistemas sanitarios de los países, como España, sino a la mayor organización sanitaria «pública» del mundo, que hace tiempo inició su privatización.


Es sabido que en el actual modelo económico quien paga manda. Las cuatro farmas que más contribuyen a financiar la OMS son GlaxoSmithKline (GSK), Novartis, Sanofi Pasteur y Merck, por cierto que son los principales fabricantes de vacunas. En total, 90 millones de dólares en donaciones de las grandes farmacéuticas. Se da así un extraño juego de intereses. Supongamos que hay una pandemia, una por algún coronavirus que por ejemplo provoque Covid-19. Vale, ya lo estamos padeciendo y por primera vez en la historia de la humanidad el mundo está totalmente parado.

Ansiamos una vacuna que además de necesaria, sea efectiva y también segura, claro. Bien, no hay que preocuparse (¿o sí?), GSK -y ni se sabe cuántos laboratorios hoy en el mundo- están en ello. Lo hacen además ayudados por los estados, el remedio que buscan los investigadores de GlaxoSmithKline tiene apoyo económico del Reino Unido, país donde se afinca la compañía.


La situación no está para bromas ni especulaciones, urgen los remedios válidos. Y como ya ocurrió con la pandemia que en este caso no fue, la de gripe A de 2009-10, GSK y los demás laboratorios reciben unos mimos y cuidados que no se producen en situaciones normales.


Una vacuna tarda en conseguir, haciendo las cosas bien, entre un año y año y medio. La tentación de ahorrar tiempo es comprensible, la población tiene miedo a enfermar de Covid-19.

No sabemos qué ocurrirá, está por ver quién conseguirá primero la vacuna, cuántas será seguras y eficaces y qué otros tratamientos irán apareciendo. Lo que sí sabemos es que el modelo de recortes y privatizador puede producir efectos secundarios indeseables. Durante la no pandemia de gripe citada, los grandes laboratorios vieron cómo las agencias e instituciones reguladoras de medicamentos les eximían de cumplir protocolos y fases de experimentación esenciales a la hora de ensayar sus vacunas, inadmisibles en «tiempos de paz» (al parecer estamos en guerra contra un virus).

Se forzó el acortamiento de plazos para conseguir lo más rápido posible una vacuna, un tratamiento que previniese esa gripe que nos decían que mataría a más de 100 millones de personas y que por suerte luego no fue cierto. Y además, los estados aseguraron por contrato a las farmacéuticas que si fruto de las prisas sus remedios salían de aquella manera, mal, si provocaban graves efectos secundarios en la población, quedarían eximidas de responsabilizarse ante los tribunales de Justicia.

Miedo -aunque infundado- de la población, prisas, ayudas económicas de los organismos públicos y exenciones legales poco democráticas fueron el cóctel que produjo, por ejemplo, la vacuna Pandemrix de GlaxoSmithKline, la principal marca donante de la OMS sí. Y ¿qué ocurrió? Que la Ciencia no entiende de prisas humanas ni comerciales y algo falló. Pandemrix provocó, en personas sanas, sin gripe, que se la pusieron multitud de cuadros de narcolepsia, una enfermedad del sistema nervioso.


Fue, como publicó años más tarde, en 2018, el prestigioso Bristish Medical Journal (BMJ), una «catástrofe evitable».


No sé si aprenderemos la lección, espero que no tengamos que lamentar nuevas catástrofes evitables con el actual coronavirus pero las cosas están haciéndose mal.

Nuestra salud no puede dejarse en manos de organismos mundiales que gestionan pandemias subvencionados por los fabricantes de los principales remedios para esas pandemias.

Hoy los presidentes de los gobiernos repiten en cada intervención pública su esperanza en que «se encuentre una vacuna» para el Covid-19. ¿Pero cuántos van a señalar y hacer algo por corregir el fallo estructural, sistémico del que es rehén la humanidad hoy? ¿Cuántos entenderán la importancia de tener industrias sanitarias públicas fuertes que atiendan (no sólo en tiempos de pandemia) las necesidades básicas de la población?

¿Para cuándo una OMS, si es que es posible «salvarla», INDEPENDIENTE que coordine centros de investigación y desarrollo público de tratamientos (o de validación de los existentes) ante posibles emergencias sanitarias?



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miércoles, 29 de enero de 2020

Gobiernos compraban antirretrovirales en desuso a nivel mundial contra el VIH: Subsecretario


CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Proveedores vendían al gobierno medicamentos para el VIH que comenzaron a comercializarse en la década de 1980 y actualmente están en desuso a nivel mundial, reveló el Subsecretario de la Secretaría de Salud, Hugo López-Gatell.
"Encontramos medicamentos antiguos. Encontramos el uso, por ejemplo, del primer medicamento contra el VIH que se descubrió o se inventó a principios de los años 80. Es un medicamento que ya está en desuso a nivel mundial y en México se seguía utilizando", aseguró el subsecretario.
El funcionario dijo que existían presiones por parte de intermediarios de la industria farmacéutica que impedían que las compras de medicamentos siguieran la guía nacional, que es obligatoria.
Como ejemplo, se refirió al caso de medicamentos para adultos. Dijo que de 38 medicamentos que se tenían, había esquemas de 750 combinaciones para tratar los padecimientos.
"La combinación de medicamentos nos habla del enorme desorden para el uso de tratamiento del VIH porque son combinaciones no adecuados", señaló López-Gatell.
De acuerdo con el subsecretario las compañías de distribución ejercían presiones también hacia los médicos para que recetaran ciertas combinaciones de antirretrovirales.
"Entonces, lo que hicimos fue que modificamos por completo el esquema de tratamiento de VIH en México", dijo.
"Primero, definimos que queríamos los mejores medicamentos, los mejores, lo más efectivos, los más seguros, los que creaban la menor resistencia al virus", afirmó.
López-Gatell respondió así a los cuestionamientos sobre el desabasto de medicamentos para el tratamiento del VIH en el país.

Quisieron forzarnos

Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que el problema del desabasto que ha enfrentado su gobierno es producto de "resistencias".
"Quisieron forzarnos a dar marcha atrás a lo de la compra consolidada de medicamentos", aseguró.
Explicó que tres empresas distribuidoras de medicamentos concentraban hasta 60 mil millones en la compra anual de medicamentos.
"¿Ustedes creen que es poco que 3 empresas vendían 60mil millones de pesos? Tres empresas de medicinas vendían 60 mil millones en medicinas y en material de curación, tres empresas que ni siquiera producen los medicamentos, no estamos hablando de laboratorios", criticó.
Se trata de las empresas Grufesa, Dimesa y Maypo, que fueron vetadas a principios del año pasado por el gobierno ante la presunción de que realizaban prácticas monopólicas, como publicó Emilio Godoy en Proceso el 5 de mayo de 2019, en la edición 2218.
En un memorándum del 20 de marzo de 2019 dirigido a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), López Obrador indicó que, en 2018, Grupo Fármacos Especializados, S.A. de C.V. (Grufesa), Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico, S.A. de C.V. (Dimesa) y Farmacéuticos Maypo vendieron 34 mil 280 millones de pesos a los institutos de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y Mexicano del Seguro Social (IMSS). Eso equivale al 62% de las adquisiciones de ambas instituciones ese año.

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jueves, 2 de mayo de 2019

El Cártel de las farmacéuticas.

El Cártel de las farmacéuticas.

Diputado insta a Hacienda a denunciar abusos de farmacéuticas.

Roberto Garduño
Periódico La Jornada - Domingo 17 de marzo de 2019


Hace nueve años, las farmacéuticas Eli Lilly México, Laboratorios Cryopharma, Probiomed, Laboratorios Pisa, Fresenius Kabi México y Baxter fueron responsabilizadas de haber manipulado licitaciones del gobierno federal y actuar en colusión. Entonces la Comisión Federal de Competencia (Cofece) les impuso una multa de 150 millones de pesos.

La Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados reiteró que 10 farmacéuticas –encabezadas por trasnacionales– concentran 79.6% de las compras consolidadas del gobierno. Y emplazó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a denunciar los nombres de las empresas y sus prácticas, que además de generar desabasto han contribuido a depauperar a un sector muy amplio de la población.

Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la comisión legislativa, señaló que las compañías farmacéuticas, las comercializadoras y distribuidoras de medicamentos se han visto envueltas en delitos de soborno, omisión de datos, sobreprecios, prácticas monopólicas, entre otros, que terminan afectando al consumidor final en la cadena de ventas del sector salud, por lo general, la población de escasos recursos.

Las farmacéuticas tienen tras de sí una cadena de actos ilegales, que ha rebasado fronteras. En 2007 el Tribunal de la Competencia de España, multó a las empresas Nestlé, Novartis, Alter Farmacia y Laboratorios Ordesa por acordar la fijación del precios de venta al público; en 2011, Johnson & Johnson fue sancionada por el Departamento de Justicia Europeo y la Securities and Exchange Commission por sobornos a funcionarios de gobierno en Grecia, Polonia y Rumania.

En 2015, Glaxo Smith Kline y Sanofi fueron sancionadas por la Comisión de Competencia de India por haber manipulado una licitación del gobierno para la provisión de vacunas contra la meningitis. Lo mismo ocurrió en México en 2010, cuando la Cofece multó con 150 millones de pesos a seis farmacéuticas por colusión entre competidores de las licitaciones, para asegurar mediante un esquema prestablecido de secuencia a las empresas ganadoras.

Se trataba, expuso Ramírez Cuéllar, de Eli Lilly México, Laboratorios Cryopharma, Probiomed y Laboratorios Pisa. Entre 2003 y 2006, esas empresas dominantes conspiraron para eliminar la competencia en las licitaciones de insulina humana, esencial para el tratamiento de la diabetes. Y los Laboratorios Pisa, Fresenius Kabi México y Baxter incurrieron en una coordinación ilegal de posturas en las licitaciones de sueros inyectables (agua inyectable, cloruro de sodio, glucosa y solución Hartmann), también entre 2003 y 2006.

En 2018, la Cofece dijo que tenía indicios para suponer la existencia de concentraciones ilícitas entre empresas en el mercado de la distribución y comercialización de productos farmacéuticos, higiene y belleza personal las cuales establecieron barreras para impedir el acceso al mercado o a insumos esenciales de otros competidores.

Casos así se repiten constantemente, el ejercicio de las malas prácticas no puede consentirse, es bueno que la SHCP denuncie a las 10 empresas distribuidoras de medicamentos que concentraron 79.6 por ciento de la participación en las compras para el sector salud en México, repuso.

El ‘cártel’ de las farmacéuticas

El ‘cártel’ de las farmacéuticas


Publicado por: Cristina Muñoz |TW @CrisMz0
25 de marzo de 2017


Tras una trama de poco más de diez años en la que la autoridad federal antimonopolio llevó a cabo una exhaustiva investigación que involucró a seis empresas farmacéuticas en un caso de colusión para alterar los precios en licitaciones públicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el expediente sigue abierto.
El IMSS demandó a seis poderosos laboratorios de la industria farmacéutica por haberle causado un daño patrimonial de 620 millones de pesos, luego de que la Comisión Federal de Competencia (Cofece) determinó que se habían conformado en “cárteles” para defraudar al instituto.
En medio de un pleito legal a través de una década, el IMSS no ha logrado recuperar más de 600 millones de pesos que dice haber perdido con las licitaciones que entregó a las empresas farmacéuticas entre 2002 y 2007.
Mientras tanto, cinco de los seis laboratorios denunciados en juzgados federales han recibido, desde 2010, del mismo instituto que los tiene demandados, casi 13,000 millones de pesos en licitaciones, muchas de ellas por adjudicación directa, incluidas tres licitaciones proyectadas para su ejecución en 2019 por 155 millones de pesos.
LA HISTORIA
En 2006, la Autoridad Investigadora de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) recibió informes del Instituto Mexicano del Seguro Social que prendió las alarmas sobre licitaciones públicas de medicamentos.
Carlos Mena Labarthe, titular de la Autoridad Investigadora de la Cofece, encabezó una indagatoria de oficio para determinar “patrones de colusión” en un grupo de empresas farmacéuticas que habían obtenido contratos de licitación por venta de insulina y soluciones electrolíticas.
La investigación abarcó un periodo de seis años a partir de 2002 y el resultado derivó en un escándalo que cimbró al sector salud: seis empresas farmacéuticas se habían conformado en un par de “cárteles” para venderle a sobreprecio al IMSS dos de los productos más utilizados en los hospitales de la dependencia.
“Observamos que seis empresas en total participaban en dos diferentes cárteles: uno justamente para la insulina y otro para los sueros”, dice Carlos Mena en entrevista con Newsweek en Español.
Probiomed, Cryopharma, Eli Lilly, Baxter, Fresenius Kabi y Laboratorios Pisa, este último con participación en ambos “cárteles”, habían defraudado al IMSS por 620 millones de pesos al vender con sobreprecio dos tipos de medicamentos.
Los primeros tres laboratorios, incluido Pisa, vendieron la insulina con un sobreprecio de 57.6 por ciento, lo que habría causado un daño patrimonial al IMSS de alrededor de 500 millones de pesos. En el caso de Baxter, Fresenius Kabi y Laboratorios Pisa, el daño patrimonial habría sido de poco más de 120 millones de pesos por haber vendido suero con un sobreprecio de 23 por ciento. “Solo Laboratorios Pisa participaba en los dos (cárteles)”, precisa Carlos Mena.
Al concluir la investigación, la Cofece resolvió “sancionar a los laboratorios y a los funcionarios que participaron en el acuerdo”, dice Mena, un proceso que llevó alrededor de ocho años luego de que las empresas farmacéuticas impugnaran el fallo y recurrieran a la Suprema Corte.
Los ministros establecieron en 2010 y 2015 que los fallos de la Cofece eran correctos y se ejecutó una sanción que en conjunto sumó poco más de 150 millones de pesos.
En 2015 la Cofece informó en un comunicado que la Corte había confirmado que los laboratorios Baxter, Fresenius, Eli Lilly y Pisa realizaron “prácticas monopólicas absolutas” en los procesos de licitación de insulina y sueros del Seguro Social entre 2003 y 2006, y que la sentencia reconocía como prueba la investigación que había realizado la Cofece.
“La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) confirmó la legalidad de la resolución que emitió la extinta Comisión Federal de Competencia Económica en 2010, en contra de las empresas farmacéuticas Baxter, Fresenius, Eli Lilly y Pisa por cometer prácticas monopólicas absolutas, consistentes en acuerdos colusorios en los procesos de licitación de dos grupos de medicamentos: (i) insulina humana; y, (ii) soluciones electrolíticas y sueros (que incluyen agua inyectable, cloruro de sodio, cloruro de sodio y glucosa, glucosa y solución Hartmann) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) entre 2003 y 2006.
“La colusión consistió en acuerdos entre estas empresas para establecer, concertar y coordinar posturas en licitaciones públicas con el objeto de repartirse los contratos concursados, lo cual se pudo detectar a través de un análisis económico respecto de los resultados de las licitaciones realizadas durante 2003 y 2006.
“Esto tuvo por consecuencia un incremento artificial de los precios de la insulina y sueros. La coordinación entre los competidores se vio favorecida por ciertas condiciones de mercado tales como la homogeneidad de los bienes licitados, la frecuencia de las convocatorias, la asignación de múltiples contratos, la descentralización de las adquisiciones y el intercambio de información entre las empresas involucradas”.
A partir de las dos resoluciones de la corte, el IMSS decidió demandar a las empresas farmacéuticas por más de 600 millones de pesos en juzgados federales.
“La Suprema Corte de Justicia de la Nación dejó en firme las resoluciones de la Autoridad de Competencia y reconoce el daño generado a las finanzas públicas, y es precisamente por ese daño que el IMSS tiene los elementos para poder demandar por vía de daños y perjuicios estas cantidades”, dijo en octubre pasado Patricio Caso, director de Vinculación Institucional y quien meses antes había ocupado la dirección jurídica del IMSS.
La Cofece calcula que con los recursos con los que las farmacéuticas habrían defraudado al IMSS, el instituto podría haber adquirido 727 ambulancias, 2168 incubadoras o 47 unidades de tomografía.

A partir de dos resoluciones de la corte, el IMSS decidió demandar a las empresas farmacéuticas por más de 600 millones de pesos en juzgados federales. Foto: ISABEL MATEOS/CUARTOSCURO
LOS CONTRATOS
Durante los últimos siete años, el IMSS ha otorgado contratos con un valor de casi 13,000 millones de pesos a cinco de las seis empresas farmacéuticas investigadas.
Probiomed, Cryopharma, Baxter, Fresenius Kabi y Laboratorios Pisa siguieron ganando licitaciones públicas del IMSS y algunas se vieron beneficiadas por millonarias adjudicaciones directas.
Probiomed ha obtenido 238 contratos entre 2013 y 2017, de los cuales 228 han sido por adjudicación directa, nueve fueron licitaciones públicas y una por invitación a por lo menos tres proveedores. En total, el IMSS se comprometió a pagar a la empresa poco más de 481 millones de pesos.
De acuerdo con información oficial del IMSS, solo en el caso de Probiomed se establece con claridad que la empresa continuó vendiendo insulina al Seguro Social en 2013 y 2016.
Laboratorios Cryopharma obtuvo un total de 171 millones de pesos distribuidos en cincuenta contratos entre 2010 y 2014, treinta de ellos por adjudicación directa y veinte por licitaciones públicas.
Fresenius Kabi obtuvo 455 millones de pesos entre 2013 y 2017 por la firma de 220 contratos con el IMSS, 217 por adjudicación directa y solo tres por la vía de la licitación pública.
Baxter, uno de los principales proveedores del IMSS, mantiene récord de contratos y ganancias entre 2013 y 2017, con un monto que supera los 8,200 millones de pesos distribuidos en 1708 contratos, 1015 por adjudicación directa y 687 por la vía de las licitaciones públicas. Solo cuatro de los contratos fueron por invitación a por lo menos tres proveedores y dos por la vía de la compra emergente.
Laboratorios Pisa, señalado por la Cofece por haber participado en los dos cárteles que defraudaron al IMSS por 620 millones de pesos, ha mantenido contratos con el instituto por lo menos desde 2013 y mantiene montos comprometidos hasta 2019.
En total, entre 2013 y 2019, Laboratorios Pisa se ha beneficiado de 339 contratos del IMSS, 263 por adjudicación directa, 71 por la vía de la licitación pública y cinco por invitación a por lo menos tres proveedores. La suma de lo obtenido por los 339 contratos da un total de 3,350 millones de pesos, incluidos 155 millones por pago de insumos en 2019.
De acuerdo con la información oficial del IMSS, Eli Lilly es la única empresa de las seis —que de acuerdo con la Cofece se habrían coludido para defraudar al instituto—, que no aparece como beneficiaria de contratos en el sistema electrónico del Seguro Social.

Mikel Arriola, director del IMSS, y José Narro, secretario de Salud, durante el evento donde se dio a conocer el proceso de licitación para la compra consolidada de medicamentos 2017. Arriola se negó a hablar para este reportaje. Foto: MOISÉS PABLO/CUARTOSCURO
LOS OTROS “CÁRTELES”
En entrevista con Newsweek en Español, la comisionada presidenta de la Cofece, Alejandra Palacios, reflexiona sobre la investigación que realizó la dependencia.
“Esa investigación se llevó a cabo hace años. La autoridad de competencia emitió su resolución final y durante muchos años hubo un amparo. Finalmente acabó en una sanción muy grande”, dice la funcionaria en alusión a los 150 millones de pesos que tuvieron que pagar los seis laboratorios sancionados, independientemente de las demandas que el IMSS interpuso en su contra.
“Un cártel económico practica la colusión cuando los competidores se ponen de acuerdo para manipular los precios y segmentar el mercado. Las prácticas monopólicas absolutas pudieran sancionarse por dos vías. Por la vía administrativa, que es lo que tramita la Comisión Federal de Competencia Económica, y por la vía penal, porque desde 2011 en el Código Penal Federal las prácticas monopólicas absolutas o los cárteles económicos pudieran ser delitos penales”, dice Palacios.
Sobre el hecho de que el Instituto Mexicano del Seguro Social continúe otorgando licitaciones a cinco de las seis empresas farmacéuticas sancionadas y en proceso de demanda, la comisionada presidenta de la Cofece dijo que la posible inhabilitación de una empresa no necesariamente se deriva de la conformación de “cárteles” empresariales.
“La colusión no necesariamente tiene como sanción la inhabilitación; ahorita lo que hay son denuncias que se están investigando (en juzgados federales); habría que revisar si una sanción de la comisión amerita una inhabilitación, eso no está en la ley.
“Es importante distinguir que nosotros no somos la autoridad anticorrupción; cuando nosotros hacemos estas investigaciones lo que estamos persiguiendo es colusión, es decir, si los proveedores se pusieron de acuerdo entre ellos como competidores para venderle más caro a las instituciones del sector salud”, dijo la funcionaria federal.
El director general del IMSS, Mikel Arriola, un viejo conocido de la industria farmacéutica desde que era titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), entre 2011 y 2016, se negó en reiteradas ocasiones a hablar con Newsweek en Español sobre la demanda que sostiene el Seguro Social en contra de las seis farmacéuticas y de los contratos que la dependencia ha seguido otorgando a las empresas.
Las autoridades del IMSS han optado por el silencio, y solo ante la insistencia fue que el director jurídico del Seguro Social fijó una ambigua posición frente al tema de los “cárteles” de la industria farmacéutica y las demandas por daño patrimonial que mantienen en contra de los laboratorios.
Se está “ejerciendo una estrategia judicial derivada de la resolución de la Cofece y de la Corte”, dijo el director jurídico del IMSS, Manuel Mac Farland González.
Sobre el otorgamiento de los contratos millonarios que han seguido ganando cinco de los seis laboratorios, Mac Farland González simplemente se amparó en la ley que no les impide a las empresas participar en los concursos de licitación.
“Para que el instituto deje de recibir o adjudicar contratos, alguna autoridad competente debe de emitir una resolución expresa que le impida como sanción o como medida a una determinada empresa participar en algún procedimiento. El instituto no puede rechazar alguna proposición conforme a la ley de adquisiciones si no hay esta resolución de la autoridad competente que prohíba participar o adjudicar”, dijo el funcionario.
En ese mismo sentido se pronunció Rafael Gual Cosío, director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), quien asegura que las averiguaciones por las denuncias no han sido concluyentes.
“En primer lugar diría que ese es un asunto añejo con más de diez años dándole vueltas y hasta ahora no se ha llegado a una decisión definitiva”, dice el empresario.
Gual Cosío justifica la entrega de contratos que prácticamente alcanzan los 13,000 millones de pesos que el IMSS ha seguido otorgando a cinco de las seis empresas involucradas en “colusión” para defraudar al Seguro Social, de acuerdo con los resolutivos de la Cofece.
“Por supuesto, son proveedores de gobierno desde siempre y lo siguen haciendo”, dijo, y aseguró que incluso continúan vendiendo los mismos insumos que, de acuerdo con la Cofece, habrían sido objeto de sobreprecio.
“Siguen surtiendo y hasta los mismos productos”, concluyó el director general de Canifarma.


Newsweek en Español buscó a los directivos de Probiomed, Cryopharma, Baxter, Fresenius Kabi y Laboratorios Pisa, los cinco laboratorios farmacéuticos que obtuvieron contratos del IMSS luego de las denuncias del instituto, pero no fue posible obtener alguna declaración sobre la trama de corrupción en la que están involucrados.