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[CONVOCATORIA] FORMACION DE ANIMADORES Y EQUIPOS DE SALUD POPULAR CEBMX - 2021

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viernes, 24 de febrero de 2023

Webinario “¿Quién y cómo se define a una planta como medicinal?” (16feb2023) - conacyt mx

 

Webinario “¿Quién y cómo se define a una planta como medicinal?”


febrero 16 | 11:00 am – 1:00 pm

  • Género: Webinario
  • Fecha: 16 de febrero de 2023
  • Hora: 11:00 horas (zona centro)
  • Organizador: Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)
  • Organizador: Instituto Nacional de Antropología e Historia
  • Organizador: Secretaría de Salud de la Ciudad de México

Liga al evento

Síntesis

Este webinario es desarrollado desde el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en el marco del proyecto “Líneas para expandir el alcance del servicio de fitoterapia clínica de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México y de la Farmacopea Herbolaria en México” del Proyecto Nacional de Investigación e Incidencia (Pronaii) de Medicina Tradicional y Herbolaria del Programa Nacional Estratégico (Pronaces) de Salud, del Conacyt. La sesión tiene como objetivo formular la pregunta “¿quién y cómo se define una planta o una parte o componente de ella como medicinal?”; desde un abordaje de la diversidad inherente de aproximaciones, sujetos, espacios y métodos involucrados para la generación de vías de traducción epistemológica y de articulación entre saberes.

Programa

  • Ponentes:
  • Dr. Paul Hersch Martínez, Instituto Nacional de Antropología e Historia.
  • Modera:
  • Dra. Mariana Cárdenas González, directora de Vinculación y Enlace Nacional e Internacional.




sábado, 18 de febrero de 2023

Fwd: El maíz en disputa.


Date: sáb, 18 feb 2023 

El maíz en disputa.

Mariana Bermúdez.


México es centro de origen y diversificación constante del maíz. El grano es el cereal base de la alimentación de la población mexicana, por ser fuente principal de energía en las dietas regionales, siendo así los maíces nativos un bien común. Además, también tienen un valor histórico, cultural, social, espiritual, económico, lo cual hace a esta semilla objetivo de intentos de privatización por parte de empresas agroindustriales trasnacionales a partir de su modificación genética.


El maíz genéticamente modificado (GM) es diametralmente distinto de los maíces nativos, pues está hecho sobre todo para forraje y para la industria de alimentos ultraprocesados, por lo cual no comparte las bondades que los granos nativos conservan. Sin embargo, sobresalen las afectaciones en diversos ámbitos que conlleva su producción: en la salud de las personas, en el medio ambiente, en la biodiversidad. El maíz GM es parte de un paquete tecnológico que incluye agroquímicos tóxicos como el glifosato, herbicida que es probable cancerígeno, de acuerdo con la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC).


Ante ello, han sido las comunidades campesinas, los movimientos sociales, organizaciones de la sociedad civil y colectivos, quienes durante más de 20 años han visibilizado los daños ocasionados por la liberación al ambiente del maíz GM y desarrollado propuestas de acciones contundentes para respetar los derechos de campesinas y campesinos, y los derechos humanos vinculados de la sociedad en general. Por ejemplo, en 2019 y 2020, un grupo plural y diverso de personas entregaron al representante del Ejecutivo federal una petición de decreto presidencial que estableciera condiciones suficientes para preservar la integridad de México como centro de origen del maíz, y la riqueza cultural e histórica en torno, a partir de legislaciones y políticas públicas.


No hubo respuesta inmediatamente por parte del Ejecutivo. Sin embargo, el 31 de diciembre de 2020, el Estado mexicano publicó un decreto presidencial para sustituir gradualmente el uso de glifosato, para cambiarlo por alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas, además de revocar y abstenerse de dar permisos de liberación al ambiente de semillas de maíz GM. La fecha límite en la que se cumpliría este decreto: el 31 de enero de 2024. A partir de su publicación, empresas agroindustriales nacionales y trasnacionales han presionado al gobierno mexicano para revertir los efectos del decreto a partir de amparos y la desestimación de la evidencia científica existente en relación con los daños a la salud ocasionados por el maíz GM y el glifosato.


Presiones a las que se han sumado representantes del gobierno de Estados Unidos. Los intereses que se trastocan a partir de las restricciones de importación de maíz GM a México son meramente económicos y están vinculados con los tratados de libre comercio, en particular con el T-MEC entre México, Estados Unidos y Canadá.


El lunes pasado se publicó un decreto presidencial que deroga el publicado en diciembre de 2020, y donde se busca resolver ambigüedades en torno al maíz GM. Este nuevo decreto continúa con la prohibición del uso del maíz genéticamente modificado en alimentos, como las tortillas, pero permite su utilización para el forraje y alimentos ultraprocesados. En un análisis comparativo (https://bit.ly/3k0sA7A) de ambos decretos, la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País ha presentado diversos temas que es necesario revisar con detenimiento. Entre ellos, resalta la importancia del principio de precaución para prevenir los posibles daños derivados de la liberación del maíz GM; pone atención en cómo los tratados de libre comercio ponen en riesgo la soberanía de los Estados, y lo indispensable de garantizar la autosuficiencia a partir de políticas públicas.


Preocupa, principalmente, que la importación de maíz genéticamente modificado para uso en la industria y el forraje, en algún momento de la cadena de producción llegue a la alimentación humana, por lo cual la diferenciación propuesta en este nuevo decreto no es suficiente para evitar que exista una liberación al ambiente de maíz genéticamente modificado.


Los tratados de libre comercio como el T-MEC no deberían estar por encima de los acuerdos internacionales de derechos humanos. Por tanto, el bienestar común es prioridad en México, buscándose así garantizar los derechos humanos de la población, entre ellos el de una alimentación adecuada, el de la salud y el de un medio ambiente sano. Trayendo al presente a don Miguel Concha Malo,

decía: "necesitamos un paradigma agrícola liberador y ecológico, como el que practican pueblos y comunidades indígenas y campesinas; porque si seguimos con el modelo industrial vigente, atentamos contra la reproducción de la vida misma y restamos nuestras capacidades para enfrentar la crisis civilizatoria actual en sus diversas facetas".  


 

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viernes, 10 de febrero de 2023

Las semillas y el dominio del mundo por el hambre. LA COMIDA, ARMA PODEROSA.


Date: mié, 8 feb 2023 

Las semillas y el dominio del mundo por el hambre. LA COMIDA, ARMA PODEROSA.


"Controla el petróleo y controlarás naciones; controla los alimentos y controlarás pueblos" (Henry Kissinger). 


En cada ciclo histórico la potencia dominante de turno siempre trata de establecer el control casi absoluto de una región de interés geoeconómico buscando diferentes instrumentos para dirigir todos los aspectos de la sobrevivencia humana.


Ecoportal. En esta era globalizada se trata ya no del dominio de una región seleccionada por la única superpotencia existente sino del planeta entero. El uso de la maquinaria bélica y de los recursos energéticos no ha sido suficiente para el control completo de la voluntad de los pueblos. Se necesita algo más y este "algo más" resulta ser la comida diaria en el planteamiento de uno de los más siniestros globalizadores, David Rockefeller.


Durante la guerra en Vietnam el otro político maquiavélico, Henry Kissinger incorporó la idea de Rockefeller en la agenda diplomática de Washington. La comida se convirtió en un arma frecuentemente más poderosa que las armas de destrucción masiva. También jugó un papel muy importante para llevar a cabo el golpe militar contra el gobierno legítimo de Salvador Allende en Chile en 1973.


Al comienzo de los años 1980 los globalizadores iluminados llegaron a la conclusión que el control de la alimentación habría que comenzarlo desde las semillas, reduciendo las variedades regionales y nacionales tradicionales para crear simultáneamente una o varias variantes de semillas para cada cultivo universal pero controladas por un reducido número de las transnacionales.


Así, se inició la época de los Organismos Genéticamente Modificados (GMO) basada en la manipulación genética, y crearon finalmente lo que el estudioso y escritor norteamericano, F. William Engdahl llamó en su libro "Seeds of Destruction: Hidden Agenda of Genetic Manipulation", "semillas de la destrucción". México, Brasil, Colombia y Argentina fueron seleccionados como países con grandes recursos para iniciar los primeros pasos en la implementación de la agenda del "dominio usando alimentos". La llegada de Carlos Menem al poder en Argentina con su agenda neoliberal y su ambición de ser aceptado en el club de los ricos y poderosos del planeta llevó a David Rockefeller a la conclusión de iniciar los primeros experimentos con semillas genéticamente modificadas en Argentina.


Las corporaciones Monsanto, Cargill Inc., DuPont decidieron transformar la agricultura argentina haciendo énfasis en la soja, para esto inventaron el pretexto de que el sistema de monocultura agrícola y dijeron que aportaría grandes dividendos al país por la exportación de soja, lo que facilitaría el pago de la deuda externa de Argentina que estaba ya en el límite impagable. Así según William Engdahl, "desde 1991 antes que la Modificación Genética (GM) fuera aceptada en los Estados Unidos, Argentina se convirtió en un laboratorio secreto para el desarrollo de los cultivos genéticamente modificados y su población fue utilizada sin su conocimiento como "conejillos de Indias".


Para facilitar los experimentos con semillas GM de maíz, trigo, algodón, girasol y soja, el gobierno de Menem entregó 569 grandes extensiones de tierra cultivable a las transnacionales. La Comisión Nacional Asesora sobre Biotecnología Agropecuaria (Conabia) que fue formada para el control sobre los experimentos se reunía secretamente y sus conclusiones jamás fueron divulgadas. Y no podía ser de otra forma porque sus miembros eran empleados de Monsanto, DuPont, Syngenta, Dow AgroSciences y otros gigantes del GMO. Como los resultados eran muy prometedores, las grandes corporaciones internacionales, como Seaboard Co., Cargill y Quantum Fund de George Soros dieron inicio a la compra apresurada de grandes extensiones de tierra cultivable en Argentina y posteriormente en el Brasil, Paraguay, Colombia, México, Guatemala y Uruguay.


En una década la agricultura, Argentina fue transformada radicalmente. Si en 1970 la soja se sembraba en 9,500 hectáreas ahora su superficie de siembra supera 18 millones de hectáreas produciendo más de 35 millones de toneladas de soja al año. Actualmente Argentina es el primer productor en el mundo de aceite y harina de soja y el tercero de granos. A la vez el país dejó de ser tanto en el mercado externo como interno proveedor de alimentos de naturaleza diversificada. Prácticamente el 100 por ciento de la soja producida en el país (Argentina) es GM RR resistente al herbicida glifosato y ocupa el 50 por ciento de la tierra cultivable.


El impacto del uso de 200 millones de litros de glifosato anualmente, de las fumigaciones, el desmonte, el desplazamiento de campesinos, la falta de alimentos, las nuevas enfermedades, las inundaciones y las sequías son el precio que paga el pueblo por la "sojización" de la agricultura. En su libro "Las semillas de la Destrucción", William Engdahl lanza una advertencia al gobierno de Argentina: "a este paso la tierra cultivable en el país va a ser destruida en unos 50 años". ¿Pero a quién le interesa en este mundo globalizado e individualizado lo que pasará en el futuro?


Mientras tanto las ganancias de las transnacionales GMO están creciendo desmesuradamente junto con el control sobre la producción de semillas en el mundo. Ya poseen tecnología "Terminator" que permite modificación genética de las plantas para producir semillas estériles usando un inductor químico llamado "Traitor" para "activar" o "desactivar" algunos rasgos genéticos del cultivo y para controlar la esterilidad de las semillas. En Guatemala, Brasil, Argentina y México el maíz GN RR contaminó el maíz original orgánico y lo mismo está sucediendo con el algodón, la alfalfa, el trigo, girasol y otros cultivos. Se estima que actualmente los cultivos GM ocupan el 25% de la tierra productiva en el mundo.


El poder de la Monsanto y otras transnacionales de GMO llegó hasta Washington convenciendo al departamento de Estado de ser promotor de la agenda global de la industria de biotecnología. De acuerdo a la ONG "Food & Water Watch", el departamento de Estado ha hecho cabildeo en gobiernos extranjeros para adaptar políticas y leyes amigables hacia la biotecnología. Según cables de WikiLeaks, el gobierno norteamericano trató de influir sobre el tema de la biotecnología a 113 países del total de 193 miembros de las Naciones Unidas entre 2004 y 2009. Lo que trata de hacer Washington es incentivar el consumo de esos alimentos en todo el mundo con el argumento falso de combatir el hambre y crear condiciones para el desarrollo.


Otro de los países que se ha convertido en el paraíso para la industria transgénica es México. Allí la Monsanto, Syngenta, Dow AgroScience, Bayer y PHI México no solamente están implantando el uso de las semillas GM, sino las mismas transnacionales ya tomaron bajo su control la producción y comercialización de los alimentos, lo que significa la pérdida de la soberanía alimentaria en el país. Precisamente lo que en los años 1980 planificó el gobierno de Ronald Reagan elaborando el plan del dominio del mundo a través de los alimentos: "los países que son amigos recibirán los alimentos y se les denegará a los que se rebelan".



 

En el mismo Estados Unidos ya entró en vigencia una clausula legal que permite a Monsanto, Syngenta, DuPont –Pioneer, Dow, Bayer y Basf estar por arriba del sistema judicial, ignorando las órdenes de jueces de suspensión de siembra de cultivos transgénicos inclusive por evidencias científicas que señalan daños a la salud de la población. Actualmente Estados Unidos es el primer productor de la soja en el mundo con 63 millones de toneladas métricas al año y el 90 por ciento de este cultivo es producido con las semillas GM RR. La misma tendencia se observa con el maíz y alfalfa haciendo peligrar las plantas orgánicas y las granjas familiares con la siembra de Monsanto GE alfalfa. Sin embargo, según la conclusión del departamento de Agricultura, a los consumidores no les interesa si los alimentos orgánicos o la leche que consumen tengan o no tengan componentes genéticos.

Así de simple funciona el sistema moderno globalizado del dominio del mundo a través del uso de las "semillas de destrucción". Los "iluminados" tienen su agenda, científicos a su disposición y los medios de comunicación para convertir una mentira en la verdad con el propósito de confundir la opinión pública. Ni les interesa la reciente declaración del Foro Mundial sobre la Soberanía Alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas sobre la Agricultura (FAO) que indicó que "la monopolización por unas cuantas empresas transnacionales de la tecnología de creación, de organismos genéticamente modificados (GMO) representa una grave amenaza a la soberanía alimentaria de los pueblos".


El fin justifica los medios. Monsanto, DuPont Pioneer, Dow, Syngenta, Bayer, Basf son simplemente un brazo del poder global para minar la soberanía de los 193 países del mundo aprovechando la ignorancia e individualismo de sus pueblos y la docilidad de sus gobiernos que creen que son del 1% y para el 1%.



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jueves, 9 de febrero de 2023

Fwd: Malnutridas, 41.5 millones de personas en México: ONU


Date: jue, 9 feb 2023 

Malnutridas, 41.5 millones de personas en México: ONU


En México, 41.5 millones de personas de todas las edades están subalimentadas o malnutridas, revela un estudio de la ONU. La desigualdad económica; la falta de aplicación –por décadas– de políticas de seguridad alimentaria, y el abandono a las familias campesinas durante el neoliberalismo tiene al 32.2 por ciento de la población con problemas para alimentarse sanamente. La pandemia causó más estragos entre este sector y retrasó los efectos de los nuevos programas sociales


En México, 33 millones 900 mil personas no pueden permitirse una dieta saludable. Se trata del 26.3 por ciento de la población, según un estudio multidisciplinario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Otros 7 millones 600 mil personas están subalimentadas por otras razones. En total, en el país hay 41 millones 500 mil personas malnutridas, detalla el informe.


La pandemia de Covid-19 encontró a una población mexicana vulnerable por falta de alimentación adecuada y altos porcentajes de emaciación o adelgazamiento morboso.


Asimismo, en todo el mundo la pandemia profundizó las desigualdades y provocó una crisis económica que padecen más los estratos pobres. Todos los países presentan retrocesos o estancamientos en la lucha por garantizar mejor niveles de nutrición a sus poblaciones.

El informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022. Adaptación de las políticas alimentarias y agrícolas para hacer las dietas saludables más asequibles está fechado en diciembre pasado y fue elaborado por cinco organismos de la ONU: la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés); el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por su acrónimo en inglés).


En el caso de México, detalla que de los 41.5 millones malnutridos, un total de 7 millones 600 mil (el 6.1 por ciento de la población) padecen subalimentación. Otros 4 millones 800 mil (3.7 por ciento) se encuentran en inseguridad alimentaria grave. Y 28 millones 900 mil (22.4 por ciento), en inseguridad alimentaria moderada.


De entre todo ellos, se cuentan 200 mil niños y niñas menores de 5 años con emaciación, es decir, adelgazamiento morboso. Se trata del 1.4 por ciento de los infantes de ese rango de edad.


También hay 1 millón 300 mil menores de 5 años (12.1 por ciento del total) con retraso en el crecimiento debido a factores de asociados con la nutrición.


El estudio multidisciplinario de la ONU también arroja que el costo diario de una dieta saludable en México asciende a 3.293 dólares por persona, unos 64 pesos mexicanos. El monto está fuera del alcance de 33 millones 900 mil personas, bajo el entendido que en una familia de cinco integrantes requiere diariamente de 16.465 dólares, unos 320 pesos al día.


En el documento, México es considerado un país de ingresos medianos altos; pero con profundas desigualdades. Por ello, recomienda al gobierno mexicano "otorgar prioridad a las inversiones públicas en la agricultura, teniendo también en cuenta la nutrición".


De manera específica sugiere al país "invertir en el sector de la caña de azúcar, pues proporciona los mayores beneficios en relación con el crecimiento de la producción, el bienestar y la reducción de la pobreza en comparación con otros sectores agrícolas".


Advierte que las cosechas en este sector no se deben destinar al incremento de la producción de bebidas azucaradas ni confitería. De hecho, recomienda gravar estos productos de escaso valor nutricional al consumo final. Lo que el estudio recomienda es "aprovechar el potencial del sector como principal materia prima para la obtención de biocombustible".


Además de apoyar la agricultura, el Estado debe, al mismo tiempo, otorgar prioridad al apoyo relacionado con los servicios generales a los que tiene derecho la población. Los presupuestos públicos se deben orientar a estos dos rubros "para garantizar que los objetivos de transformación agrícola […] estén adecuadamente armonizados con el objetivo de reducir el costo e incrementar la asequibilidad de las dietas saludables".


También hay 1 millón 300 mil menores de 5 años (12.1 por ciento del total) con retraso en el crecimiento debido a factores de asociados con la nutrición.


El estudio multidisciplinario de la ONU también arroja que el costo diario de una dieta saludable en México asciende a 3.293 dólares por persona, unos 64 pesos mexicanos. El monto está fuera del alcance de 33 millones 900 mil personas, bajo el entendido que en una familia de cinco integrantes requiere diariamente de 16.465 dólares, unos 320 pesos al día.


En el documento, México es considerado un país de ingresos medianos altos; pero con profundas desigualdades. Por ello, recomienda al gobierno mexicano "otorgar prioridad a las inversiones públicas en la agricultura, teniendo también en cuenta la nutrición".


De manera específica sugiere al país "invertir en el sector de la caña de azúcar, pues proporciona los mayores beneficios en relación con el crecimiento de la producción, el bienestar y la reducción de la pobreza en comparación con otros sectores agrícolas".


Advierte que las cosechas en este sector no se deben destinar al incremento de la producción de bebidas azucaradas ni confitería. De hecho, recomienda gravar estos productos de escaso valor nutricional al consumo final. Lo que el estudio recomienda es "aprovechar el potencial del sector como principal materia prima para la obtención de biocombustible".


Además de apoyar la agricultura, el Estado debe, al mismo tiempo, otorgar prioridad al apoyo relacionado con los servicios generales a los que tiene derecho la población. Los presupuestos públicos se deben orientar a estos dos rubros "para garantizar que los objetivos de transformación agrícola […] estén adecuadamente armonizados con el objetivo de reducir el costo e incrementar la asequibilidad de las dietas saludables".


Y recomienda que para minimizar los efectos negativos que estas medidas pudieran tener, los presupuestos destinados a la agricultura se deben adaptar "de manera muy cuidadosa para garantizar que puedan beneficiar a todos los actores de manera colectiva, en particular a las mujeres y los jóvenes".


También recomienda a México ampliar los programas de apoyo existentes, y "crear nuevas iniciativas de protección social para apoyar los medios de vida de los hogares en caso de crisis, en particular a causa de los cambios en las políticas".


Evalúa que el Programa de Apoyo al Campo (Procampo, que luego se convertiría en Proagro) no resultó adecuado para garantizar la seguridad alimentaria. Recuerda que esta iniciativa se puso en marcha tras la liberalización del comercio agropecuario luego de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994.


Detalla que el Procampo fue en realidad una supuesta transferencia de ingresos compensatoria dirigida a los productores frente a la disminución prevista de los precios internos de los cultivos básicos, por la llegada de los granos cultivados en Estados Unidos.


Sin embargo, tras 25 años de funcionamiento, el principal resultado del programa fue que "benefició en mayor medida a los productores más ricos y grandes que a los productores más pobres y pequeños, ya que las transferencias estaban vinculadas principalmente a la superficie de producción que poseían los beneficiarios".


De manera marginal tuvo efectos positivos con respecto a la reducción de la pobreza y las desigualdades.


Reconoce que el Procampo fue sustituido por una nueva iniciativa en 2019, con la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Los resultados podrán conocerse en un  próximo estudio.


Como se recordará, el actual gobierno sustituyó el Procampo por una serie de programas con dos objetivos generales. El primero es apoyar de manera integral a las familias rurales. Al mismo tiempo se busca que incrementar la producción agropecuaria para que México sea autosuficiente en materia alimentaria.


En sustitución del Procampo, hoy se aplican en las 32 entidades federativas seis programas: Producción para el Bienestar, Fertilizantes para el Bienestar, Precios de Garantía, Bienpesca, Abasto Rural y Abasto Social de Leche.


El estudio muestra que en materia de nutrición y seguridad alimentaria todos los países retrocedieron o se estancaron con la llegada de la pandemia de Copvid-19.


El informe destaca que la evaluación de los resultados obtenidos a nivel mundial "debería disipar cualquier duda que quede de que el mundo está retrocediendo en sus esfuerzos por acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas".

Advierte que sólo faltan 7 años para 2030, el año fijado para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La distancia para alcanzar la mayoría de las metas establecidas se ha ampliado aún más, sobre todo las del Objetivo 2, correspondiente al Hambre y Seguridad Alimentaria. Con respecto a este rubro, incluso cada vez se vuelven más difíciles de alcanzar.


"Se están realizando esfuerzos para avanzar hacia el logro del ODS 2, aunque están resultando ser insuficientes en un contexto más difícil e incierto", señala. Advierte que entre 702 y 828 millones de personas se enfrentan hambre en todo el mundo. Es decir, 180 millones más que cuando se puso en marcha la Agenda 2030 para alcanzar los ODS.


Detalla que la mayoría de las personas que se agregaron a esta estadística lo hicieron luego de la pandemia de Covid-19. Y entre quienes no pasan hambre pero sí resultan afectadas en materia de seguridad alimentaria se incrementaron en 350 millones desde 2019, para llegar a 2 mil 310 millones. Es decir, uno de cada tres seres humanos en el mundo padece alguna dificultad para alimentarse de manera sana.

Señala que "las dietas saludables, cruciales para mejorar la seguridad alimentaria y prevenir todas las formas de malnutrición, también están ahora aún más fuera del alcance de las personas de todas las regiones del mundo".


Agrega que en todo el planeta casi 3 mil 100 millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable, "lo que representa un incremento de 112 millones de personas respecto de 2019".


En estudio se señala que la nutrición no sólo es un asunto de disponibilidad de alimentos de cualquier tipo, sino de aquellos que son saludables y de que las personas puedan elegir lo que es sano.


"Hacer que los alimentos nutritivos sean más ampliamente accesibles y asequibles es una condición necesaria, aunque insuficiente, para que los consumidores puedan elegir, preferir y consumir dietas saludables. Por ende, el vínculo con políticas complementarias que promuevan dietas saludables resulta crítico para el éxito."


Detalla que los sistemas agroalimentarios de los países deben enfocarse en la producción de alimentos sanos. Y las autoridades deben trabajar en la generación de nuevos entornos de consumo informado.


Se refiere a "la importancia de las políticas que promueven cambios en los entornos alimentarios y el comportamiento de los consumidores en favor de hábitos alimentarios saludables. Estas pueden incluir la aplicación de límites obligatorios o metas voluntarias para mejorar la calidad nutricional de las bebidas y alimentos elaborados, cumpliendo así la legislación sobre comercialización de alimentos, y aplicando políticas de etiquetado nutricional y de adquisición saludable a fin de garantizar que los alimentos que se sirven o venden en las instituciones públicas contribuyan a dietas saludables".



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Fwd: Miguel Concha, O. P. sin maíz no hay país. (Julio 2017)


Date: jue, 9 feb 2023 

Miguel Concha, sin maíz no hay país.

(Julio 2017)


Debido a la entrada del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que implica la importación de maíz y frijol, desde el año 2007 se presentaba una amenaza en el país. En efecto, pueblos indígenas y campesinos, que cuentan con modelos de producción asociados al sistema milpa, veían amenazada la soberanía alimentaria y el derecho a producir y nutrirse de forma adecuada y conforme a sus necesidades y cosmovisiones. Pero la amenaza del TLCAN implicaba todavía más: la desarticulación del sistema milpa. Se pretendía eliminarlo y que se usaran y consumieran granos importados, haciendo del monocultivo la única forma de producción.


Por fortuna más de 300 organizaciones campesinas, sindicales, ambientalistas, de derechos humanos, de mujeres y de alimentación, entre otras, se unieron el 25 de junio de ese año para convocar la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País (Cnsmnhp). Se propuso que a partir de ese momento sería más agresiva la defensa de la soberanía alimentaria, la reactivación del campo, su acercamiento con la ciudad, el reflexionar sobre la importancia del derecho a la alimentación en México, y el análisis crítico en torno al uso de los organismos genéticamente modificados. En especial el poner atención al intento del gobierno por permitir en forma masiva la introducción y siembra del maíz transgénico. Ya desde hace 10 años estos temas se presentaron con carácter de urgente, y por ello fue necesario entretejer estrategias diversas y multisectoriales que permitieran enfrentar la voracidad de las grandes corporaciones monopólicas semilleras y agroalimentarias.

Al revisar los 10 años de trabajos de la Cnsmnhp, llama la atención sin duda la creatividad de las organizaciones sociales para realizar denuncias y elaborar propuestas, así como para construir puentes entre los diversos lugares que abarca México. Pero sobre todo para desarrollar una identidad nacional en torno al maíz y la milpa. Y así, hoy contamos con festejos como el Día Nacional del Maíz, establecido cada año para los días 29 de septiembre, y somos conscientes de que la importancia del derecho a la alimentación sana y adecuada es tal, que ahora está incluso reconocido a nivel constitucional. Además, las organizaciones han aprendido que la herramienta de la exigibilidad de los derechos es también una forma de lucha. Han entendido que la lucha por nuestros derechos se lleva a cabo bajo el principio de la integralidad, según el cual éstos no se pueden jerarquizar, sino que, al ponerlos en acción, generan movilización, reconociendo que con ello no se agota el trabajo organizativo, sino que es tan sólo uno de los pilares que hoy sostienen las luchas sociales en el país.


Es importante entonces reconocer también los diversos instrumentos jurídicos que han sido usados por parte de las organizaciones que integran la Cnsmnhp, y que confluyen en una demanda colectiva contra la siembra comercial de maíz transgénico. Con ella se han obteniendo medidas cautelares, vigentes hasta la fecha, que prohíben al gobierno mexicano otorgar permisos de siembra comercial de maíz transgénico. Esta lucha ha sido inspiración para diversas causas que utilizan también el litigio estratégico en la defensa de sus derechos, y pretenden que en todo momento éste sea un instrumento que fortalezca los procesos organizativos y de resistencia de las comunidades y pueblos. Me detengo un poco más en este asunto.


Desde septiembre de 2013 los tribunales federales han dictado diversas órdenes para suspender la siembra comercial de maíz transgénico. Y en marzo de 2016 un tribunal de apelaciones sujetó también a vigilancia judicial dichas siembras con fines de investigación. Sin embargo, la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación ha pospuesto indebidamente la tramitación de tales permisos. Desde entonces, y hasta la fecha, se cuentan 46 meses en los que no se ha autorizado en el país por mandato judicial siembra alguna de dicho maíz. Es entonces lamentable que las instituciones encargadas de velar por nuestro derecho a la diversidad biocultural y a la alimentación sean omisas ante tales resoluciones, pues estamos enterados que continúan dichas siembras en forma ilegal. Por ejemplo, y de manera descontrolada, en estados como Chihuahua; y que, aún sabiéndolo, instituciones como la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM)se autolimiten en el cumplimiento de resoluciones judiciales.


Para la Cnsmnhp urge cambiar el modelo neoliberal y el régimen autoritario de gobierno, por uno basado en la defensa del bien común y los derechos individuales y colectivos. Se requiere asimismo consolidar la soberanía alimentaria e hídrica del país, y garantizar nuestros derechos a seguir siendo pueblos indígenas y campesinos, y a conservar y usar nuestras propias semillas. Que todas las personas vean garantizado su derecho a una alimentación sana, adecuada y suficiente, y a contar con información veraz, clara y oportuna sobre lo que comemos. Se requiere igualmente retirar de manera inmediata y urgente la agricultura y la alimentación del TLCAN y de cualquier otro tratado de libre comercio, y prohibir definitivamente las siembras e importaciones de maíz, soya y otros alimentos transgénicos. Se deben también respetar los territorios campesinos y sus recursos, conservando la propiedad social de la tierra, y promover la siembra de cultivos agroecológicos sin uso de químicos, pesticidas y fertilizantes que dañan el ambiente y contribuyen al calentamiento global. Deben incentivarse igualmente cadenas cortas agroalimenticias, para que los alimentos de producción agroecológica sean vendidos a comunidades cercanas a precios justos y sin intermediarios.



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miércoles, 8 de febrero de 2023

Fwd: Pulque: gusto y salud.


Date: dom, 5 feb 2023 

Pulque: gusto y salud.

Abraham Nuncio.


Me planto frente a los participantes al Congreso Internacional de Aprovechamiento del Nopal y el Maguey. ¿Qué relación había entre el director de un centro de estudios parlamentarios y el contenido de esa reunión doctoral? Explico que el rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León me pidió representarlo en ese importante evento y doy la razón específica: él sabía que yo soy de Texcoco, y que en el antiguo principado de Nezahualcóyotl a los niños pequeños se les da aguamiel para que crezcan sanos y vigorosos. Acto seguido procedí a ostentar la prueba científica de que así era: Y aquí estoy, dije temerariamente. Entonces me acompañaba la lozanía de mis primeros 70 años y acaso pude convencer a la audiencia.


La verdad es que mi invento improvisado coincidía plenamente con la ciencia. El aguamiel y, una vez fermentado, el pulque, son productos naturales de un alto valor nutricional; más aún, sus propiedades sirven a la prevención de enfermedades y a su alivio, según estudios de instituciones educativas nacionales y extranjeras.


Sin conocer las características técnicas del neutle, o bebida de los dioses en la tradición nahua, quienes lo han consumido encuentran en esta bebida espirituosa, además de un efecto placentero, una experiencia salutífera.


Su alto consumo popular tuvo un primer embate durante el porfiriato; el segundo se produjo a partir del alemanismo: su presencia como bebida que contenía secretos no sólo sensuales, sino positivos para la salud registró una mengua irreversible. Bien armadas campañas publicitarias –con la complacencia, si no es que la complicidad oficial– se dirigieron a desprestigiarlo en favor de otras bebidas, sobre todo de origen extranjero.


En la década de 1890, la cerveza era algo exótico. Entonces había unas 80 bebidas diferentes. Su industrialización, con la cual arranca la Cervecería El León (Cuauhtémoc) en 1890, tiene por efecto el desplazamiento de muchas bebidas vernáculas, incluidas pulque, mezcal y tequila; también de las cerveceras artesanales. Tras la Revolución de 1910-17, y pese a las limitaciones de mercado, transportación y hasta una campaña antialcohólica, la cerveza se erige en Monterrey como la bebida que tiende a hegemonizar el mercado.


A Ricardo Salinas Pliego debemos la frase que ilustra con inefable claridad el sentido salvaje atribuido al capitalismo en boga. Ya cobraba aires de institucionalidad con el nombre de neoliberalismo, cuando afirmó en entrevista sobre competitividad: "A la competencia hay que pegarle hasta tumbarla, y ya en el suelo hay que seguirle pegando". Con muchos negocios y productos nacionales así se hizo, sobre todo en la época neoliberal.


Esa actitud no embonó mejor en otra fracción de la burguesía mexicana que en la de Monterrey. Su primer desarrollo industrial y luego en la etapa neoliberal se debió a la largueza del gobierno federal sobre concesiones, impuestos y facilidades de todo tipo. En el inicio, sus industrias emblemáticas tenían que ver con un triángulo: calor, siderurgia y cerveza. Cien años después ese triángulo se mantiene, aunque modificado: a la siderurgia se la ha cambiado por el futbol. Y el consumo de la cerveza se ha convertido en parte identitaria de la cultura regional, como lo hace ver la escritora Ximena Peredo ("Carta Blanca City. La cerveza como símbolo de identidad", en Tierra Adentro).


En su expansión, rasgo de la Cervecería Cuauhtémoc ha sido, según la autora, su agresividad en el mercado: "De lo que estamos ciertos es de que en Carta Blanca City no hay lugar para la competencia: o se incorpora o se elimina".


La vocación al monopolio da la gran bienvenida a la industria cervecera regiomontana, hoy convertida en parte de la trasnacional Heineken. Monopolio material e ideológico: discurso único, religión única, educación única (privada), propiedad única (privada), gestión de los bienes terrenales única (también privada). Etcétera.


Otro rasgo apuntado por Peredo es el descrito en la frase de Salinas Pliego. El capitalismo tiende a la expansión permanente y con frecuencia lo hace acudiendo a medidas violentas. Y cita los testimonios de Alberto Bailleres e Irma Salinas Rocha sobre la Cervecería Moctezuma, que luego pasó al portafolio de Femsa: las prácticas inmorales de hostigamiento contra la firma veracruzana. Sin necesidad de otra fuerza que la de su capital, así Femsa ha ido eliminando a miles de pequeñas tiendas mediante la cadena Oxxo y, por el mismo precio, adueñándose del territorio citadino (terrenos urbanos, zonas protegidas, calles, espacios publicitarios y estadios). De donde Carta Blanca City.


En años recientes, aun con el apoyo de instituciones educativas como las mencionadas, el pulque ha empezado a recuperar algo de su mercado perdido. Su consumo casi clandestino en Monterrey, en el centro del país se torna un atractivo gastronómico. Pronto, la ciencia hallará en su contenido, la posibilidad de extraer sustancias de uso medicinal.

 


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