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lunes, 21 de noviembre de 2022

Fwd: Ecos de la Contrarreforma Agraria/y IV Jalisco pierde su vocación alimentaria a causa de la agroindustria.


Date: dom, 20 nov 2022 

Ecos de la Contrarreforma Agraria/y IV Jalisco pierde su vocación alimentaria a causa de la agroindustria.


Cada vez hay menos cultivos de maíz y caña.


Guadalajara, Jal., El campo en Jalisco, desde hace al menos 10 años, ha sufrido una clara reconversión al pasar de cultivos tradicionales dedicados a la producción alimentaria a la agroindustria, la cual se enfoca en tres sectores: el agave, los berries y el aguacate.


Datos del Instituto de Información Estadística y Geográfica del estado refieren que la superficie agrícola en la entidad es de un millón 190 mil 442 hectáreas, de las cuales la mitad se dedica a sembrar maíz; sin embargo, la proporción de tierras y, sobre todo, los ingresos obtenidos por la agroindustria han cambiado rápidamente ese horizonte.


En 2020, 34.68 por ciento del total de los ingresos del campo en Jalisco fueron para el agave, y 24.23 para el maíz, mientras el aguacate, que en 2012 apenas representaba 1.21 por ciento del valor de producción agrícola, en 2020 llegó a 5.86 puntos porcentuales y ha seguido aumentando la participación este año, pues comenzó a exportarse a Estados Unidos.


Carlos González, uno de los abogados agrarios más activos del país, quien encabeza la defensa territorial de ejidos y comunidades en diferentes estados o regiones indígenas, explicó que estas plantaciones están provocando la transformación en el campo por medio, sobre todo, de la renta de parcelas.


De esta manera, indicó, la agroindustria está sustituyendo al cultivo tradicional y alimentario principalmente de maíz y caña. La incorporación de tierras ejidales y comunales al régimen de propiedad privada se ha estado dando además mediante la adopción del dominio pleno, explicó.

Jalisco ocupa el sitio 11 entre las entidades que han inscrito más contratos de enajenación de derechos parcelarios en el Registro Agrario Nacional (RAN), con 14 mil 427 hectáreas; Sinaloa ocupa el primer sitio, con 182 mil 407.


El abogado agrario afirmó que el sur jalisciense ha sido especialmente pródigo en la renta y acaparamiento de la tierra por empresarios, que obtienen contratos por 20 a 30 años y que se dirigen particularmente a la producción agroindustrial.

El epicentro de esta reconversión es Ciudad Guzmán, cuyo alcalde, el petista Alejandro Barragán Sánchez, indicó que la tala de bosques para sembrar aguacates ha provocado que el lago de Zapotlán se sature con cieno, lo que causa frecuentes inundaciones y que la carretera que pasa a un costado del vaso lacustre sea intransitable.


En el mismo municipio y de forma contrastante, los túneles de cultivo de berries o los grandes plantíos de aguacate y agave impiden la filtración de agua al subsuelo, lo que ocasiona insuficiente recarga de mantos freáticos en toda esa región aledaña a los volcanes de Colima.


Enrique Trejo Torres, residente estatal de Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) en Jalisco, el cual tiene la encomienda de financiar la actividad agropecuaria en el país con recursos de la Federación, manifestó que el cambio del uso de suelo en algunas regiones del estado es preocupante, sobre todo porque hay una supuesta política de autosuficiencia alimentaria del gobierno federal.


Hay campos llenos de agaves que antes estaban dedicados al cultivo de maíz. Es algo que a nosotros como institución y parte de la banca de desarrollo nos interesa, destacó.


Empero, reconoció que FIRA ofrece financiamiento por conducto de intermediarios, sobre todo la banca privada, lo que en ocasiones deja fuera a los pequeños productores, a quienes no les queda de otra que rentar o vender sus tierras.


Como institución, detalló, ese financiamiento es uno de sus más grandes retos, por lo que sugirió a los campesinos organizarse en grupos para solicitar créditos y asistencia técnica.


Frente a esta situación del campo jalisciense, aún hay ejemplos de resistencia para continuar con la vocación alimentaria, como sucedió en el ejido de San Isidro, municipio de San Gabriel, el cual hace tres meses recuperó 280 hectáreas que tenía en posesión la empresa estadunidense Amway-Nutrilite, la cual cultiva hortalizas en invernaderos.


En tanto, la organización agraria de nahuas en Tuxpan ha exigido ante el Congreso estatal que detenga los cañones antigranizo que usan agroproductores para evitar lluvias torrenciales que dañen sus cultivos, situación que ha perjudicado el ciclo del agua en detrimento de la siembra de maíz, que es de temporal.


Según el RAN, Jalisco cuenta con mil 464 núcleos agrarios (mil 406 son ejidos y 58 comunidades indígenas), donde hay más de 250 mil ejidatarios, comuneros, posesionarios y avecindados.

 


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Distopía: Coca Cola financia la Conferencia de Cambio Climático.


Date: dom, 20 nov 2022 

Distopía: Coca Cola financia la Conferencia de Cambio Climático.


"Esperemos que podamos avanzar como en el caso de McDonald's que fue retirado de las Olimpiadas por una mayor consciencia de la población sobre los daños de la comida chatarra, que así fuera con Coca-Cola, con Qatar, que un mínimo de congruencia guiara a los organismos internacionales".


La realidad rebasa la ciencia ficción, rebasa las pesadillas, las distopías, sobre el futuro de la humanidad de George Orwell1984 y de Aldous HuxleyUn Mundo Feliz.


Parece una broma, una broma macabra, el anuncio de que la 27ª Conferencia de las Partes de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 27) será patrocinada por Coca-Cola. Es decir, una de las corporaciones globales que ha provocado graves externalidades para la humanidad en cuanto a lo que se refiere en daños a la salud y en contaminación plástica, tiene el poder de establecerse como patrocinadora de las negociaciones que las naciones del mundo tendrán en Egipto, en noviembre próximo, sobre Cambio Climático.


Se ha documentado plenamente como esta corporación ha invertido una gran cantidad de recursos en tratar de ocultar los daños a la salud que genera su producto (https://n9.cl/qyraq ) y en bloquear las políticas de salud pública recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reducir su consumo, como lo son impuestos, prohibiciones a su presencia en escuelas y el desarrollo de etiquetados de advertencia en los productos (https://n9.cl/d0raz ).


En relación al impacto ambiental de la empresa Coca Cola se ha destacado que es la principal contaminadora del Planeta por plásticos, levantándose diversas acciones legales en contra de sus campañas engañosas que buscan generar la percepción entre los consumidores de que el problema se resuelve reciclando y que la empresa lo está haciendo. Las cifras reportadas por la misma empresa muestran lo contrario, se recicla en México menos del 20 por ciento del plástico que introducen al mercado a través de sus botellas y los números son similares en el resto del mundo. Además de ocultar que el reciclaje no es eficiente, hay una degradación en los plásticos reciclados que no permite volver a fabricar una botella con 100 por ciento de plástico reciclado, por lo que se requiere de plástico virgen. Además, de que es un absurdo insostenible que, para hidratarse con el equivalente a dos vasos de agua, se requiera fabricar, transportar, desechar, recolectar, reciclar e incorporar nuevo plástico virgen.


El hecho de que se normalice que una empresa como Coca-Cola patrocine la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático es un ejemplo de la distopía que vivimos, "un mundo indeseable".  Si la Organización de las Naciones Unidas ha fracasado en implementar las medidas para enfrentar el cambio climático que avanza como la peor amenaza para la humanidad, el patrocinio de Coca-Cola a la COP 27 es ya la mayor expresión de la claudicación de todo objetivo congruente, del nivel de maquillaje al que hemos llegado, en el que las apariencias, la generación de percepciones, es más importantes que las acciones reales para enfrentar las amenazas. Se trata del mundo del espectáculo que, a partir de repetirse una y otra vez, va perdiendo su brillo.


El maquillaje de las corporaciones a través del patrocinio de "buenas acciones", una práctica común entre las corporaciones que generan daños a la sociedad y el planeta desde hace decenios, se ha dado por parte de la industria de la chatarra y las bebidas endulzadas en los eventos deportivos. Las Olimpiadas han sido un objetivo de patrocinio de estas corporaciones que llevaron a fuertes críticas contra el Comité Olímpico Internacional.


McDonald's que había sido patrocinador del Comité Olímpico de los Estados Unidos desde 1976 y socio desde 1996 del Comité Olímpico Internacional terminó su patrocinio de las Olimpiadas declarando que estaba cambiando sus estrategias de mercadotecnia. Sin embargo, trascendió que el propio Comité estaba muy sensible a las presiones en contra de este patrocinio que representaba una contradicción con los supuestos éticos de promoción del deporte y la vida saludable.


Patrick Nally, que ayudó al Comité Olímpico Internacional a construir su modelo de financiamiento dio una versión totalmente diferente sobre la salida de McDonald 's. Señaló que la relación entre McDonald's y el COI se había mantenido bajo una presión constante por la creciente preocupación pública sobre la relación entre la comida rápida y la epidemia de obesidad.


Sin duda, el mayor patrocinio que realiza Coca-Cola es el de la Copa Mundial de Fútbol. Y éste inicia pronto, lo veremos en Ciudad de México acompañado por nuestra Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, con el tour del trofeo de la Copa Mundial de la FIFA por Coca-Cola. Así es oficialmente llamado: "Tour del Trofeo Mundial de la FIFA por Coca Cola", lanzado en Dubái en mayo y que visitará 32 naciones clasificadas para este evento internacional.


La realidad supera la distopía, un mundial de Fútbol patrocinado por una empresa cuyo producto insignia ha contribuido significativamente a la epidemia global de sobrepeso, obesidad y diabetes y, al mismo tiempo, es el mayor generador de basura plástica que ya se encuentra en forma de microplásticos en las cadenas alimenticias, como en gran cantidad de pescados que consumimos.

Y no queda ahí, la Copa Mundial se realiza en Qatar, país donde se estima han muerto al menos 6500 trabajadores migrantes provenientes de India, Bangladesh y Nepal y donde los derechos de las mujeres son violados de forma sistemática.


El caso de la mexicana Paola Schietekat, de 27 años, que viajó a Qatar a principio de 2020 para trabajar en la organización de la Copa del Mundo es ejemplar de la violación de los derechos de las mujeres. Al ser víctima de una agresión acudió ante las autoridades a presentar la denuncia. El caso dio la vuelta y fue acusada del delito de "sexo extramarital" establecido en la ley islámica sharia. La pena que se le estableció fue de 7 años de prisión y 100 latigazos, la cual podría evitar si contrajera matrimonio con su agresor.


Las condiciones de Qatar, la situación del deterioro de la salud de la población global y la crisis ambiental-climática, ¿no nos deberían llevar, mínimamente, a que estos eventos internacionales se realizarán en naciones que cumplieran con un mínimo de respeto a los derechos humanos y fueran patrocinados por organismos que no tuvieran conflicto de interés, que no los utilizaran como forma de maquillajes social y ambiental para continuar con sus prácticas depredadoras? Esperemos que podamos avanzar como en el caso de McDonald's que fue retirado de las Olimpiadas por una mayor consciencia de la población sobre los daños de la comida chatarra, que así fuera con Coca-Cola, con Qatar, que un mínimo de congruencia guiara a los organismos internacionales.

 


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El agua, el nuevo botín. Una empresa estatal israelí en la Argentina.


Date: dom, 20 nov 2022 

El agua, el nuevo botín. Una empresa estatal israelí en la Argentina.


El Cohete a la Luna. La empresa estatal israelí que secó el río Jordán —aquel en cuyas aguas fue bautizado Jesús y ungido Mesías por el cristianismo— se afianza en la Argentina para el proceso de creación de un mercado del agua de consumo humano, productivo e industrial. A diez años del proyecto frustrado en la provincia de Buenos Aires, Mekorot Israel National Water Co firmó un acuerdo con el Gobierno nacional que le permite iniciar negocios para la gestión integral de los recursos hídricos de cinco provincias, en tanto que mantiene avanzadas conversaciones al menos con dos municipios sobre la costa del río Paraná. La misma empresa realiza inversiones en infraestructura de agua y salubridad por otro memorándum de entendimiento firmado el año pasado, los que se articulan estratégicamente.

"Uno de los objetivos principales de la política hídrica en Israel fue que la gestión del recurso esté centralizada en pocas instituciones con una clara delimitación de las facultades y responsabilidades de cada una", según el análisis de Evangelina Dardati, economista chilena. Mekorot es uno de los cinco puntales de ese modelo.


La empresa firmó un acuerdo para la gestión integral de los recursos hídricos superficiales y subterráneos con el Consejo Federal de Inversiones (CFI), quien a su vez lo hizo con los gobiernos de las provincias de San Juan, Mendoza, Catamarca, La Rioja y Río Negro. Las declaraciones oficiales de funcionarios públicos y de los directivos de la empresa permiten interpretar los alcances del acuerdo de negocios plasmados en los respectivos convenios particulares. Arancelamiento de todos los servicios de aguas, modificación de las leyes provinciales y de sus organismos de aplicación, reordenamiento total de los usos y destinos de la infraestructura existente, creación de valores económicos y financieros para establecer un costo del agua en la Argentina, nacionalización y centralización de algunos sectores del mercado, entre otros objetivos de esta gran reforma que pretende completar y perfeccionar la de los '90.


En este caso, el conflicto se plantea por dos frentes. Por una parte, por el plan de negocios neoliberal para el agua dulce potable, recurso estratégico comparable a la tierra libre de agroquímicos y de ocupantes con título de propiedad privada. Por otra, Mekorot es una de las empresas cuyas prácticas fueron condenadas por el Relator Especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Michael Lynk, con rol clave en el proceso calificado como apartheid contra el pueblo palestino en Gaza, Cisjordania y Jerusalén este. El último informe del Comisionado se hizo público en el 25 de marzo pasado; un mes después después, una misión argentina encabezada por el ministro del Interior, Wado de Pedro, recorrió las obras modelo de Mekorot que privan de a Palestina agua en calidad y cantidad suficiente para una vida digna.


El interés de siempre


Como para empezar de cero, sin el lastre de los negociados menemistas, los funcionarios públicos nacionales y provinciales insisten en hablar del acuerdo con Mekorot como reciente, de menos de dos años.


La Argentina e Israel firmaron en 1995 un acuerdo de cooperación comercial y económica. Uno de los antecedentes importantes es el acuerdo del Gobierno de La Pampa e Itzhak Aviran, embajador de Israel en la Argentina a partir de una gestión personal de Osvaldo Roberto Schvartzer, en su rol de presidente de la Asociación Argentina de Amigos de la Universidad de Ben Gurión. El economista estuvo involucrado en los 90 en el cobro y uso de 17 millones de pesos en concepto de ATN (aportes del tesoro nacional) cedidos por la cartera de Carlos Corach a la embajada israelí en Buenos Aires. Años después, le armó la gira de negocios por Israel a Mauricio Macri cuando era Presidente.


Para 2003 Jorge Sobisch, gobernador de Neuquén, avanzó con un proyecto de irrigación de 40.000 hectáreas en el que aparece el grupo de intereses que confluía en la embajada de Israel. Dos años después, le otorgó en forma directa (sin licitación ni concurso público) a la consultora The Israeli Consulting and Technological Company Ltd. (ITC) el diseño de un proyecto de desarrollo agroproductivo para la zona comprendida entre Arroyito, El Chocón y Challacó. El ingeniero Ernesto Schvartzer, sobrino de Osvaldo, armó ITC, brazo técnico-comercial de la Universidad Ben Gurion, con la que ejecuta proyectos de agricultura intensiva en varios países. Hicieron pie en el Valle de Antinaco (La Rioja), Formosa, Salta —de la mano del grupo Socma (Macri)—, así como en Choele Choel y el Idevi (Río Negro), con el discurso de la ampliación de la frontera agropecuaria y la incorporación de tecnología eficiente para el riego de suelos áridos.


El grupo de negocios incluyó socios locales. En 2007 fructificó la alianza con la Federación Nacional de Trabajadores de Obras Sanitarias de la República Argentina (FENTOS). Ese mismo año el gobierno de Río Negro alcanzó un acuerdo con objetivos generales similares a los de hoy. En 2008 Chubut firmó un convenio marco con la dupla gremial-empresaria cuyo desarrollo se fue licuando. Ese mismo año, el ex gobernador Daniel Scioli decretó de interés público un proyecto de saneamiento de aguas en La Plata, que no soportó los cuestionamientos técnicos y políticos y naufragó. En 2009 la empresa anunció su interés por participar del armado y emplazamiento del Polo Industrial y Tecnológico de Bariloche. Por su parte, Juan Schiaretti, actual gobernador de Córdoba y también en 2010, analizó en  ese entonces la posibilidad de un acueducto entre el río Paraná y Córdoba.


Muchos de estos proyectos merecen revisarse en profundidad para entender un modo de acumulación de capital asociado a los Estados, los elencos locales de los partidos políticos y la burocracia sindical en el anclaje territorial del modelo neoliberal.


Otros capitales trasnacionales acapararon la atención con la transformación estructural del territorio que emergió con la soja transgénica, los desmontes masivos y el acaparamiento de tierras rurales para nuevas rentas de la naturaleza. Así, no llamó la atención cuando en 2020 reapareció Mekorot en negociaciones con el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA), las que se formalizaron el año pasado. "Mekorot contribuirá en el desarrollo de proyectos de alto impacto para el fortalecimiento de las capacidades de gestión en los servicios de agua y saneamiento a través de un equipo de expertos israelíes con experiencia probada en la gestión de los recursos hídricos. La realización de estudios de viabilidad y de proyectos de tecnología aplicada a los recursos hídricos es uno de los puntos incluidos en el acuerdo. También la elaboración de informes, el asesoramiento, el fortalecimiento de los marcos legales y la planificación", informó la Cámara de Comercio Argentino Israelí.


El proyecto, lxs proyectistas


"Queremos nacionalizar la gestión de los recursos hídricos. Tenemos un borrador en base a la experiencia de Israel, Estados Unidos y Australia, y al regreso del viaje discutiremos con los gobernadores las mejores opciones. Nuestra propuesta es que haya una sola autoridad del agua en el país", dijo De Pedro a la salida de la planta Eshkol, en abril. Participa de este proyecto Malena Galmarini, presidenta de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), con la presencia de José Luis Lingeri, integrante del directorio y nexo con las fallidas inversiones en La Plata y Bahía Blanca de hace una década.


Mekorot tiene dos subsidiarias, Mekorot Desalination and Enterprise y Mekorot Development & Enterprise LTD. Esta última es la que integró la UTE para una obra en La Plata que Lingiere conoció de adentro. Por parte de la empresa, participó de las negociaciones con el ENOSHA Moti Shiri, director ejecutivo de Mekorot Desalination. En el acuerdo canalizado por CFI, Barak Graber y Diego Berger. Graber integra los directorios de las firmas con que desarrollaron y operan dos plantas desalinizadoras en Chipre. En tanto, Berger juega de local; nació en Argentina y se radicó en Israel. En mayo participó de actividades en Chile, donde informó al Senado sobre aspectos de la gestión del agua en vista de la reforma constitucional que por entonces se definía.


Los anuncios oficiales no fueron acompañados por la documentación pública correspondiente. La única copia disponible se publicó en el Boletín Oficial después de que la Asamblea Popular por el Agua de Mendoza la reclamara formalmente con una abogada. De esa copia se desprende que al menos Mendoza firmó dos acuerdos con el CFI. El 11 de agosto acordó la realización del "Plan integral para la sustentabilidad del sistema hídrico provincial" por el plazo de dos años. El 5 de septiembre el "Convenio marco de cooperación – Lineamientos técnicos, parámetros y principios de funcionamiento aplicables a la elaboración de un plan maestro para el sector hídrico de la provincia".


Rodolfo Alejandro Suárez, gobernador de Mendoza, refrendó por decreto el primer acuerdo, que en los considerando indica que comprende cinco proyectos concurrentes: "1) Plan Maestro para el sector hídrico; 2) Código de Aguas para la Provincia de Mendoza; 3) Herramientas para la optimización de la disponibilidad hídrica; 4) Fortalecimiento del programa de inversiones en cauce; y 5) Fortalecimiento de la gobernanza del sistema". En el segundo acuerdo consta que la cooperación se inicia con la contratación por parte del CFI a la consultora Mekorot Israel National Water para definir los lineamientos técnicos, parámetros y principios de uso sostenible de los recursos hídricos y la adquisición de las capacidades necesarias para la gestión sustentable de estos. Esos términos vagos se delimitan un poco más cuando indica que el proyecto realizará "un análisis del potencial de los recursos hídricos (aguas superficiales y subterráneas); la creación de proyecciones de la demanda de agua (urbana, rural y de riego) para crear un sistema de asignación que permita regular la demanda de agua; definir planes alternativos de abastecimiento de agua", entre otros objetivos. Mendoza tiene una ley provincial de aguas y una autoridad de aplicación local, el Departamento General de Irrigación (DGI).


Otros pocos detalles surgen de las declaraciones de lxs gobernadorxs firmantes. Río Negro anunció que en dos meses entregará el contenido para el desarrollo del Plan Maestro local, que quedó en manos del Departamento Provincial de Agua (DPA), autoridad de aplicación del código de aguas local. La propuesta propia incluirá una "evaluación de alternativas de desalinización para abastecimiento de agua potable en la región sur y en poblaciones de la zona atlántica; la planificación y optimización de la reutilización de los efluentes generados en las plantas de tratamiento de líquidos cloacales; un análisis de funcionamiento y eficiencia de los sistemas de riego y drenaje, para realizar posteriores planes de reacondicionamiento o modernización; un análisis económico, balance prospectivo y recomendaciones para alcanzar un desarrollo equilibrado, trabajando sobre el valor económico del agua que permita alcanzar un financiamiento genuino de la gestión integrada de los recursos hídricos", informó la gobernadora Arabela Carreras.


La provincia hizo propio el viejo interés de Mekorot por una planta desalinizadora en Sierra Grandeopción que reflotó el desarrollo del proyecto de hidrógeno verde en Punta Colorada.


Palestina, pueblo originario


Maren Mantovani, coordinadora de relaciones internacionales de la campaña palestina Stop the Wall (Paremos el muro), regresó a la Argentina por Mekorot. Había participado de la campaña de esclarecimiento "Buenos Aires, aguas turbias" por el proyecto de La Plata. La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y la Liga Argentina por los DD.HH. organizaron la presencia de la activista en Esquel (Chubut), donde planteó el tema del dominio del agua para tener el control territorial en el caso de Palestina.


"La acción de Mekorot en Palestina es mucho más que la mercantilización del agua, es el uso estratégico del control del agua para expulsar a las comunidades de los territorios al despojarlos del recurso", argumentó Mantovani en una conversación virtual. Israel tiene centralizado el uso del agua que es exclusivo dominio estatal. En el control estatal del recurso, Mekorot es la única empresa del sector, brazo técnico de la estrategia de gobierno para con Palestina.


En los reclamos internacionales, consta que extrae una cantidad de agua de los territorios palestinos ocupados que excede la regla de usufructo de las Regulaciones de La Haya y, por lo tanto, viola el derecho internacional humanitario (DIH). Israel prohíbe totalmente a los palestinos abrir nuevos pozos; al mismo tiempo, Mekorot perfora al lado sus pozos más profundos para los asentamientos israelíes de forma ilimitada, mientras restringe el suministro de agua para las comunidades palestinas en la misma región. Estas prácticas empresarias son violatorias de numerosos pactos internacionales.


"Como Sudáfrica y Namibia, Israel comete el delito de apartheid", sintetizó Mantovani. En ese sentido, en su informe en la sesión 49 del Consejo de Derechos Humanos, el relator especial Lynk advirtió sobre "la transición de un estado de ocupación —que ya supone un desafío al derecho internacional—, a convertirse en un régimen de apartheid asumido por el gobierno israelí (…). Su prohibición incluso constituye una norma imperativa del derecho internacional".


Dice la Biblia que el pueblo de Israel cruzó a la tierra prometida por el sur del río Jordán, cuyo caudal languidece por años de sobreexplotación para riego y agua potable de la colonización de los territorios palestinosEn su desembocadura, el mar Muerto desciende al perder el único aporte de este afluente de agua dulce.


Envuelto en los discursos del cambio climático y la transición de la matriz energética, la reforma estructural que plantea el gobierno nacional para con el agua dulce potable, en acuerdo con los gobernadores de distinta extracción política, plantea un conflicto de impacto masivo y al mediano plazo. De todos modos, cuesta imaginar un futuro en que las petroleras paguen a precio de mercado el agua del fracking en Vaca Muerta, que los estancieros paguen por usar el agua sin restricciones o se cobre el derroche en piscinas de las viviendas de alta gama.

 


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sábado, 12 de noviembre de 2022

Las adicciones y el capitalismo.“El mito de la normalidad”


Date: jue, 10 nov 2022 

Las adicciones y el capitalismo. "El mito de la normalidad"


"El mito de la normalidad": Dr. Gabor Maté habla del trauma, la enfermedad y la sanación en una cultura tóxica


Democracy Now! En una extensa entrevista, el reconocido médico y escritor Dr. Gabor Maté reflexiona sobre su libro "The Myth of Normal: Trauma, Illness, and Healing in a Toxic Culture" (El mito de la normalidad: Los traumas, las enfermedades y las curaciones en una cultura tóxica) que acaba de publicarse. "Esta sociedad promueve valores que son en sí mismos traumatizantes para muchas personas", sostiene Maté. En su libro afirma que "muchos de los estados a los que llamamos enfermedades tienen un trauma o una herida psicológica de base". Maté afirma que la sanación requiere una reconexión entre la mente y el cuerpo que se puede lograr si se desarrolla un sentido de comunidad, sentido, pertenencia y propósito. Maté también explica cómo la atención médica ha fomentado de forma perjudicial la "mecanización del nacimiento", cómo la falta de servicios sociales para madres y padres ha producido "un abandono masivo de bebés" y cómo el capitalismo ha contribuido a las adicciones y al aumento de las tasas de suicidio juvenil.


AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman. Hoy tenemos en el programa al Dr. Gabor Maté, aclamado médico y escritor canadiense, quien acaba de publicar su nuevo libro "El mito de la normalidad: trauma, enfermedad y curación en una cultura tóxica". El Dr. Maté ha trabajado durante décadas en Vancouver como médico de familia, director de cuidados paliativos, especialista en adicciones y observador de la salud humana. El trabajo del Dr. Maté se ha enfocado desde hace mucho tiempo en el papel central de las experiencias de la primera infancia en el desarrollo del cerebro y cómo esas experiencias pueden afectarlo todo, desde patrones de comportamiento hasta enfermedades físicas y mentales. A lo largo de los años ha escrito una serie de libros superventas, entre ellos "En el reino de los fantasmas hambrientos: encuentros cercanos con la adicción", "Cuando el cuerpo dice no: la conexión entre el estrés y la enfermedad" y "Mentes dispersas: los orígenes y la curación del trastorno por déficit de atención". 

Hablaremos en un momento con el Dr. Gabor Maté, pero primero veamos un avance de un documental sobre su obra, titulado "La sabiduría del trauma".


GABOR MATÉ: En Estados Unidos, la sociedad más rica de la historia, la mitad de los ciudadanos padecen un trastorno crónico como presión arterial alta o diabetes. La ansiedad entre los jóvenes está aumentando rápidamente. Los casos de asma y las enfermedades autoinmunes se están incrementando, al igual que las adicciones. La depresión está en aumento. El suicidio juvenil está en aumento. No todo está bien. JAMES: Empecé con la heroína a los 26 años. Eso es lo que realmente me destruyó. Pero me quita el dolor.


SIN IDENTIFICAR: Es fácil querer escapar de la realidad por completo, en lugar de enfrentarla.


GABOR MATÉ: Entonces, la pregunta es: ¿Podemos ser seres humanos dentro de esta civilización? Porque lo que llamamos civilización requiere la negación de las necesidades humanas.


PRESENTADORA: Démosle la bienvenida al Dr. Gabor Maté.


GABOR MATÉ: Todo ser humano tiene un yo verdadero, genuino y auténtico. El trauma es la desconexión con ese yo y sanar signfica reconectarse con el mismo. ¿Por qué nos desconectamos? Porque ser nosotros mismos es demasiado doloroso.


RUSSELL BRAND: Eres un poco como Neo en la película The Matrix, cuando él ve que todo está hecho de números. Miras a la gente y ves todos sus traumas y daños.


GABOR MATÉ: Eso es lo que veo. El trauma no viene de las cosas malas que te pasan, sino de lo que sucede dentro de ti como resultado de lo que te pasa. ¿Qué quieres decirme? ¿Qué te viene a la mente?


SIN IDENTIFICAR: Vergüenza.


GABOR MATÉ: Gracias. ALICIA: Mi padre nos golpeaba y nos pegaba con un cinturón.


GABOR MATÉ: ¿Con quién hablabas sobre tu dolor?


ALICIA: Con nadie.


GABOR MATÉ: Sí, ese es el trauma. En otras palabras, para cuando tenías 5 años ya estabas completamente sola. La gente ahora está mucho más sola y aislada de lo que solía estar. Eso literalmente causa inflamación en el cuerpo y suprime el sistema inmunitario. Te han diagnosticado un cáncer de próstata.


TIM McCARTHY: Correcto.


GABOR MATÉ: En mi opinión, a las personas que desarrollan cáncer les resulta difícil expresar una ira saludable.


RUSSELL BRAND: Hillary Clinton contra Donald Trump. Eran dos personas traumatizadas luchando por gobernar un mundo traumatizado.


GABOR MATÉ: Eso es exactamente a lo que me refiero. Y estas son las personas a quienes nuestra sociedad premia con el poder. Nuestras escuelas están llenas de niños con dificultades de aprendizaje y problemas de salud mental causados por el trauma, pero el profesor promedio no recibe una sola clase sobre el trauma. Necesitamos atención médica con conocimiento del trauma, y educación con conocimiento del trauma. Si tuviéramos una sociedad informada sobre el trauma tendríamos una sociedad mucho más compasiva.


JOEY CARTER: Sí. Usted marcó una gran diferencia en mi vida.


GABOR MATÉ: Gracias por estar en contacto.


TESSA ROSE: Ya no siento que soy una mala persona. Hola, ¿cómo están? DUANE: ¿Cómo estás?


GABOR MATÉ: Sí, yo solo quiero que la gente vea la verdad. Las personas generan soluciones cuando se enfrentan a la verdad, cuando no tienen miedo de la verdad.


TIM McCARTHY: Creo que lo más importante que me ha enseñado este viaje de sanación es cómo ser un ser humano.


AMY GOODMAN: Ese era un avance del documental "La sabiduría del trauma", con el Dr. Gabor Maté, quien es nuestro invitado de hoy. Maté acaba de escribir un libro junto a su hijo Daniel, titulado "El mito de la normalidad: trauma, enfermedad y curación en una cultura tóxica". El Dr. Maté hablará el 16 de septiembre en Nueva York en el centro cultural 92nd Street Y. El 15 de septiembre, Nermeen Shaikh y yo hablamos con Gabor Maté. Empecé preguntándole sobre la pandemia y el título del libro: "El mito de la normalidad".


GABOR MATÉ: La pandemia nos mostró de verdad lo tóxica que ha sido nuestra idea de normalidad, porque nos enseñó la necesidad desesperada de la conexión humana que todos tenemos. Pero esto sucede en una cultura que ha estado aislando y atomizando a las personas durante mucho tiempo, en la que la soledad ha sido una epidemia durante décadas. Y nos mostró los efectos nocivos del racismo y la desigualdad, porque las personas que tenían el mayor riesgo de verse afectadas por la COVID-19 eran las de un estrato social bajo y las comunidades de color. La normalidad que teníamos antes de la pandemia, en mi opinión, ya era una normalidad tóxica. No queremos volver a ella porque, y yo argumento esto en mi libro, lo que consideramos normal en esta sociedad en realidad no es natural o saludable, y, de hecho, es causa de muchas patologías humanas, tanto mentales como físicas. En realidad, las patologías de las personas, lo que llamamos anormalidades, sean enfermedades mentales o físicas, son respuestas normales a una cultura anormal.


NERMEEN SHAIKH: Dr. Gabor Maté, usted dice en su libro que no hay diferencias claras entre lo normal y lo anormal. ¿Podría explicar a qué se refiere con eso y cómo entiende el espectro que abarca todo esto?


GABOR MATÉ: La clave aquí es el trauma. El trauma es una herida psicológica que las personas soportan. Y a lo que me refiero es que en esta sociedad, la mayoría de nosotros, debido a la naturaleza de nuestra cultura, a la forma en que criamos a los niños, a la forma en que tenemos que relacionarnos entre nosotros, los valores mismos de la sociedad son traumatizantes para muchas personas. Así que es falso decir que algunas personas son normales y otras son anormales. De hecho, todos estamos en un espectro de heridas, que tiene un gran impacto en nuestras relaciones interpersonales y en nuestra salud.


NERMEEN SHAIKH: Dr. Gabor Maté, en su libro usted dice que el término "trauma" proviene del griego…


GABOR MATÉ: Sí.


NERMEEN SHAIKH: …pero ha pasado a significar algo muy diferente. Es decir, en el griego el término se refiere a una lesión o herida física. Pero en psiquiatría, en la obra de Freud, en el psicoanálisis y en la literatura médica en general, ahora se entiende el trauma como una herida en la mente.


GABOR MATÉ: Es una herida en la psique, en nuestro ser emocional y en el alma. Y el trauma no es lo que nos pasa. La gente, cuando piensa en el trauma, por lo general piensa en eventos catastróficos, como un tsunami, una guerra, la muerte de un padre o una madre o el abuso sexual, físico o emocional de un menor. Estos eventos son traumáticos, pero no son el trauma. El trauma es la herida psíquica que sufrimos. Y nuestros traumas psicológicos tienen impactos de por vida. En mi práctica médica encontré que ese trauma psicológico, esa herida, es la base de gran parte de lo que llamamos enfermedad, ya sea una enfermedad autoinmune o un cáncer o cualquiera de los diversos trastornos de la salud mental. En nuestra sociedad las heridas psicológicas son muy frecuentes y es más bien iluso creer que algunas personas tienen traumas y otras no. Creo que hay un espectro del trauma que atraviesa todos los niveles y todos los segmentos de la sociedad. Naturalmente, el mayor peso recae sobre determinados sectores: personas de color, personas con identidades de género que no son plenamente aceptadas por la sociedad, personas en condiciones de desigualdad económica que sufren más debido a la desigualdad. Así que la traumatización es algo muy generalizado en nuestra cultura.


AMY GOODMAN: Gabor, me preguntaba si podría hablar sobre su propia experiencia con el trauma y cómo eso lo formó, desde su infancia en la Hungría ocupada por los nazis hasta ahora y en qué manera eso ha influido en su persona.


GABOR MATÉ: El primer capítulo del libro comienza con mi llegada a casa en Vancouver, donde vivo, tras un viaje de conferencias. Yo estaba de buen ánimo y muy satisfecho conmigo mismo porque fue un buen viaje, mi charla fue bien recibida, y tuve un buen vuelo a casa. Y cuando llegué al aeropuerto de Vancouver recibí un mensaje de mi esposa que decía: "Todavía no he salido de casa. ¿Aún quieres que vaya?". Mi estado de ánimo cambió de repente. Todo se puso oscuro. Me enojé. Me ensimismé. Me puse triste. Y cuando llegué a casa, apenas podía mirarla. ¿Qué fue lo que pasó en realidad? Lo que sucedió fue que mi esposa, que es una artista, y como es típico en los artistas, ella estaba en medio de un caudal creativo en su estudio y olvidó que su marido estaba arribando al aeropuerto. Sin embargo, lo que se abrió en mí fue la herida de un bebé de un año que fue abandonado por su madre, en realidad en un intento por salvarme la vida, pero el significado que le di es que yo no merecía ser amado, que no me querían. E incluso 71 años después, cuando esta mujer en la que confío para que esté ahí para mí no aparece, resurgen las heridas de un bebé de un año. Eso es a lo que mi amigo Peter Levine llama "la tiranía del pasado". Y así, estas heridas tempranas, en mi caso, la sensación de abandono, pueden seguir manifestándose siete décadas después a raíz de un incidente relativamente trivial. Y esa es una de las formas en que esas heridas tempranas han resurgido. [El trauma] también se manifiesta en mi relación con mi trabajo. Yo fui un médico adicto al trabajo durante muchas décadas. ¿Por qué era adicto al trabajo? Porque el mensaje que entendí en mi infancia bajo la ocupación nazi era que el mundo no me quería. Y si el mundo no te quiere, una forma de lidiar con ello es convertirte en alguien importante, convertirte en alguien que ayuda, convertirte en un médico, porque entonces la gente te va a querer todo el tiempo. Pero eso es muy adictivo, porque sigues intentando demostrarte a ti mismo algo que realmente no crees, que eres una persona querida. Entonces, cuanta más gente me recompensaba, ya fuera financieramente o con su atención o gratitud por mi trabajo médico, más lo necesitaba y me volvía más dependiente de ello. Así que aparece de muchas formas. Estas heridas tempranas aparecen de muchas maneras. Aparecen en nuestras relaciones, en nuestros matrimonios, en la relación con nuestros hijos, en la relación con nuestro trabajo. Aparece en la política, como hemos visto durante la pandemia. Estas heridas tempranas de mi vida habían tenido grandes implicaciones, como sucede en la vida de muchas personas.


AMY GOODMAN: Hay algo que nos ha intrigado, porque usted dijo que pensaba que su madre lo abandonó, pero ahora entiende que ella lo hacía para salvarlo. ¿Puede explicar lo que pasó?


GABOR MATÉ: Yo tenía once meses. Mi madre era una mujer judía de 24 años viviendo bajo la ocupación nazi, bajo un régimen fascista brutalmente antisemita, en diciembre de 1944. Ella encontró refugio en un hogar seguro manejado por la Embajada de Suiza, pero había 2.000 personas viviendo en una casa con espacio para 100 personas. Las condiciones sanitarias eran terribles. La comida era muy escasa. Yo estaba muy enfermo y mi madre pensó que no sobreviviría. Así que salió a la calle y me entregó a una mujer cristiana, una completa desconocida, y le pidió que me llevara con unos parientes que vivían bajo condiciones relativamente más seguras. Su intención era simplemente salvarme la vida. Y lo hizo. Pero para un bebé de once meses eso solo se podía interpretar como abandono, porque yo no entendía las condiciones. Y, ¿a quién se abandona?, a alguien que no es querido. Y yo desarrollé esta creencia fija: "No soy amado. No soy querido". En realidad no se requieren condiciones de guerra y privación o un drama de esa índole para que los niños sientan que no son deseados. En esta sociedad se les aconseja a muchos padres que no carguen a sus hijos cuando están llorando. Eso es suficiente para darle al niño la impresión de que no son queridos y no son aceptados. Y yo estaba bastante traumatizado. Y el trauma no es que mi madre me dio a una persona extraña. El trauma es el significado que le di, la herida interna, de que no soy amado ni deseado.


NERMEEN SHAIKH: Dr. Maté, volvamos precisamente a cómo usted entiende, y cómo debemos entender, el hecho del trauma. En primer lugar, ¿puede surgir un trauma de un solo episodio, o es algo que tiene que repetirse de alguna forma, incluso si no es precisamente el mismo hecho? ¿Y hasta qué punto el hecho de que no se puede conocer el trauma cuando realmente ocurre explica que sus efectos perduren y, como usted dice, aparezcan décadas más tarde?


GABOR MATÉ: Bueno, como su pregunta implica, el trauma puede ser inducido en las personas de varias maneras. Podría ser un solo evento dramático: la muerte de uno de los padres u otra gran pérdida en la vida, una terrible explosión. Así sucede a veces. Y esos casos son relativamente fáciles de identificar, y luego, en realidad, son más fáciles de tratar. Pero para mucha gente, es mucho más insidioso y mucho más crónico que eso. Por ejemplo, ciertas prácticas de crianza. Durante décadas, el Dr. Spock, que era una especie de gurú de la crianza, aconsejó a los padres no ceder ante la tiranía del bebé, ante la resistencia del bebé a dormir. Y lo que él llama la tiranía infantil es la necesidad desesperada del bebé de ser cargado y abrazado por sus padres. Es solo un rasgo que compartimos con todos los demás mamíferos. Trate de decirle a un babuino que no cargue a su bebé o a una madre gata que no responda a los llamados de angustia de su cría. Pero aquí en Norteamérica les hemos estado diciendo a los padres durante décadas que ignoren el llanto de sus hijos o, por ejemplo, cuando un niño está enojado, un niño de 2 años está enojado, que los aíslen como penitencia, es decir, amenazarlos con la pérdida de la relación de apego que necesitan desesperadamente. Esos eventos son igual de traumáticos a largo plazo, pero son más difíciles de identificar porque parecen muy normales y no parecen dramáticos. Pero se manifiestan más adelante en la vida en todo tipo de patrones disfuncionales.


NERMEEN SHAIKH: Dr. Maté, usted habla en su libro sobre traumas no resueltos. Según los ejemplos que está dando ahora o, de hecho, en el caso del trauma en sentido más general, si se puede hablar de trauma en sentido general, ¿qué tipo de prácticas pueden llevar, si es que se puede, a la resolución de un trauma?


GABOR MATÉ: Ya sea que hablemos sobre el trauma a nivel social, de lo cual hay que hablar, o lo hagamos a nivel individual, que es como nos afecta a la mayoría, lo primero que debe suceder es un reconocimiento de que la forma en que vivimos, o algún aspecto de nuestras vidas, no está siendo la adecuada para nosotros y que hay una causa para ello, la cual podemos identificar mediante una indagación compasiva. Y muy a menudo tiene que haber una señal de alarma. La pandemia podría haber sido una señal de alarma para esta cultura, pero no creo que hubiera funcionado de esa manera. Debió haber sido así, pero no lo fue, por la naturaleza de esta sociedad en relación a la transformación. En esta cultura la resistencia a la transformación social es tan profunda que no creo que se hayan aprendido las lecciones que dejó la pandemia, y tampoco serán puestas en práctica. A nivel individual es muy a menudo una enfermedad, ya sea depresión, ansiedad, un diagnóstico psiquiátrico, una ruptura amorosa o una enfermedad física, como una enfermedad autoinmune o un tumor maligno, lo que actúa como señal de alarma. Así que tiene que haber algún tipo de evento que cuando sucede nos dice: "Esto no está funcionando". Tenemos que entender por qué no está funcionando y superarlo. Y una vez que recibamos esa señal de alarma… Una de mis intenciones en este libro es ayudar a las personas a no llegar a ese punto terrible y dramático en que una enfermedad importante les hace despertar. Pero una vez que llegamos al punto en el que se puede despertar, entonces pasamos a indagar: ¿Qué impulsaba mis comportamientos? ¿Por qué siempre estaba esforzándome de más en el trabajo como si mi vida dependiera de ello? ¿Por qué era un adicto al trabajo y me estresaba tanto? ¿Por qué era tan duro con mis hijos? ¿Qué es lo que me hace sentir tan dolido cuando mi pareja no me recoge en el aeropuerto? Entonces, empezamos a mirar lo que nos pasó en nuestras vidas y encontramos las respuestas en nuestra historia. Luego es cuestión de deshacerse de esos patrones. Y eso requiere algún tipo de trabajo, por lo general terapia o algún tipo de trabajo espiritual o psicológico, alguna forma diferente de cuidar de nosotros mismos. Casi siempre se requiere una indagación, lo que llamo una indagación compasiva, para mirarnos a nosotros mismos con verdadera curiosidad: ¿Qué está causando que yo viva de la forma en que estoy viviendo? ¿Y por qué no funciona para mí?


AMY GOODMAN: Gabor Maté, su libro sale a la venta en un momento extraordinario, dado el tema que trata, y yo sé que le llevó años escribirlo. Según las autoridades sanitarias de EE.UU., durante la pandemia los hospitales reportaron un aumento del 24% en emergencias de salud mental en niños…


GABOR MATÉ: Sí.


AMY GOODMAN: …de 5 a 11 años. El tema de la salud mental, en general, es crucial en este punto. Usted también habla mucho de la soledad. ¿Puede empezar hablando sobre esta crisis de salud mental entre la población más joven y los crecientes casos de suicidio?


GABOR MATÉ: Hace unas tres semanas The New York Times publicó un artículo de portada en su edición dominical sobre una adolescente que estaba tomando diez medicamentos psiquiátricos diferentes. ¿Puede imaginarlo? Diez medicamentos psiquiátricos diferentes. Y ha habido artículos en The New Yorker y en The New York Times en los últimos cuatro o cinco meses sobre el aumento en la tasa de suicidios infantiles. Hay un gran incremento en el número de niños que son diagnosticados con TDAH, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, así como con ansiedad, depresión, autolesiones, comportamientos obsesivo-compulsivos, y otros trastornos. Podemos hacer dos suposiciones: o esto obedece a un aumento accidental y totalmente inexplicable en esa patología infantil, sin que exista absolutamente nada específico que lo provoque, o podemos reconocer que vivimos en una cultura tóxica que, por su propia naturaleza, afecta al desarrollo de los niños de maneras tan poco saludables que estos presentan cada vez más desequilibrios mentales y desesperación, hasta el punto que se están hiriendo a sí mismos e incluso tratando de quitarse la vida. Así que tenemos que identificar esas condiciones, no en la mente o el cerebro o la personalidad individual del niño o joven; sino que tenemos que buscarlas dentro de las condiciones sociales que llevan a los niños en esa dirección. Desafortunadamente, cuando se habla sobre ello públicamente, solo se hace referencia a la patología y a cómo tratarla y no a las causas sociales o culturales que están llevando a los niños a tomar esos caminos desesperados.


AMY GOODMAN: ¿Puede hablar de eso y cómo no solo este país, sino todo el mundo puede sanar, centrándose especialmente en la juventud?


GABOR MATÉ: Bueno, tenemos que empezar justo al principio. Y el principio está realmente en el útero. Sabemos por múltiples estudios —ni siquiera controvertidos— que cuanto más estrés sufran las mujeres embarazadas, mayor será el impacto, incluso décadas después, sobre el bienestar del bebé. Entonces, ¿cómo estamos cuidando a las mujeres embarazadas? El médico medio… Yo recibí formación médica. Hasta el día de hoy, el médico medio, cuando recibe capacitación en la atención prenatal, no está siendo capacitado para preguntar por el estado emocional de la mujer. No están capacitados para preguntar: "¿Cómo estás? ¿Qué tal va tu relación? ¿Qué tal va tu estrés laboral? ¿Qué podemos hacer para apoyarte?". Solo cuidamos el cuerpo y separamos la mente del cuerpo. Sabemos que el estrés de la mujer puede estar teniendo ya un impacto en el bebé. Luego están nuestras prácticas de parto. En Norteamérica, la tasa de partos por cesárea se está acercando al 40%. La obstetricia moderna es milagrosa en su capacidad de salvar vidas, y se debe aplicar en entre el 10% y el 15% de los casos en beneficio del niño o la madre. Pero una tasa de cesáreas del 40% y la mecanización del nacimiento… El nacimiento natural, tal y como ha evolucionado por naturaleza, fue diseñado para producir una experiencia de unión entre la madre y el bebé, incluida la liberación de sustancias químicas que unirán a la madre y al bebé de por vida. Cuando medicalizamos el nacimiento, interferimos en él. Lo mecanizamos y creamos miedo a su alrededor. En realidad estamos interfiriendo en el vínculo madre-hijo, a través del cual el infante se desarrolla de manera saludable. Luego, en Estados Unidos, el 25% de las mujeres tienen que volver a trabajar en un plazo de dos semanas tras dar a luz. La naturaleza hubiera hecho que esa madre estuviera con el infante un mínimo de nueve meses, y por lo general más tiempo, si lo vemos desde una perspectiva histórica. Que el 25% de las mujeres tengan que volver a trabajar por razones económicas, por falta de apoyo social, equivale a un abandono masivo de lactantes, porque así es como los bebés lo experimentan. Esa es la única manera en la que pueden interpretarlo, así como yo interpreté como un abandono el hecho de que mi madre me entregara a una persona extraña. Luego están las prácticas de crianza, algo que ya he mencionado. El no coger en brazos a los bebés cuando están llorando; padres tan estresados que su estrés es absorbido por el bebé; el hecho de que la angustia de los padres por motivos económicos, raciales, sociales, o derivados de sus relaciones y sus propios traumas no resueltos sean absorbidos por los bebés. Luego están las prácticas de crianza centradas en tratar de controlar el comportamiento del niño sin intentar de ninguna manera satisfacer las necesidades del niño. El ser humano nace con ciertas necesidades de aceptación amorosa incondicional, de ser abrazado, de tener capacidad de experimentar todas sus emociones con el apoyo paterno y materno. En esta sociedad, esas necesidades se niegan una y otra vez. Y la mayoría de nuestros niños pasan la mayor parte de su tiempo lejos de sus padres y madres, así que pierden la conexión con ellos. ¿Nos estamos parando a pensar en que los circuitos cerebrales de ansiedad y pánico del niño están siendo activados y extrasobreactivados? Estas son las consecuencias naturales de una cultura antinatural.


AMY GOODMAN: Dr. Gabor Maté, aclamado médico canadiense y coautor, con su hijo Daniel, del nuevo libro "El mito de la normalidad: trauma, enfermedad y curación en una cultura tóxica". Volvemos en 30 segundos. [Pausa]


AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman con Nermeen Shaikh. Continuamos nuestra conversación con el Dr. Gabor Maté, aclamado médico y escritor canadiense. Hablamos de su nuevo libro, "El mito de la normalidad: trauma, enfermedad y curación en una cultura tóxica".


NERMEEN SHAIKH: Dr. Maté, ¿podría ahondar en lo que estaba diciendo sobre la relación y los efectos del trauma individual y el trauma social? Usted dijo en una entrevista reciente: "Ser abandonado con un anhelo vacío e insaciable crea adicción a nivel personal y capitalismo a nivel social". Y ambos son considerados mecanismos de afrontamiento para lidiar con experiencias traumáticas. ¿Podría explicar a qué se refiere?


GABOR MATÉ: Déjeme darle… Responderé a esa pregunta, pero permítanme darles primero un ejemplo más simple de trauma social y enfermedad. Se ha demostrado que cuantas más experiencias de racismo tenga que aguantar una mujer negra de EE.UU., mayor es su riesgo de padecer asma. En otras palabras, la constricción y la inflamación de sus vías respiratorias son el producto fisiológico de un malestar social. Entonces, ¿quién sufre esa patología? ¿La sociedad o el individuo? ¿Podemos siquiera hacer una separación de ambos? Sabemos que al analizar los marcadores del envejecimiento, los diversos marcadores biológicos del envejecimiento, estos están mucho mas avanzados en personas negras que en personas caucásicas de la misma edad, simplemente por el racismo el estrés social y el trauma trasladado a la fisiología del individuo. No se puede separar la mente del cuerpo. Y no se puede separar el individuo del medio ambiente. En Canadá, donde vivo, una mujer indígena… Por cierto, antes de la colonización, los pueblos indígenas no sufrían enfermedades autoinmunes. Hoy en día, una mujer indígena de Canadá tiene seis veces más riesgo de padecer artritis reumatoide. Y la situación es la misma en EE.UU., dicho sea de paso. Las enfermedades autoinmunes afectan especialmente a mujeres, y especialmente mujeres de color, en tasas mucho más altas. Estas razones no tienen nada tener que ver con la genética y mucho que ver con el trauma social. El vacío del que usted hablaba, en una sociedad que te dice que no eres suficiente, que no eres lo suficientemente bueno, que tu aspecto no es lo suficientemente bueno, que no tienes lo suficiente, que no posees lo suficiente, que no has alcanzado lo suficiente, creando esta sensación de vacío, [ese vacío] es el combustible que hace funcionar la sociedad de consumo, en la que nunca tienes lo suficiente. Siempre tienes que tener más y más. Tienes que conseguir más y más, obtener más y más. Así que, básicamente, es una cultura altamente adictiva que se alimenta de las adicciones de la gente para impulsar sus ganancias. Y lo hace deliberadamente. Cuando se trata de la industria alimentaria, por ejemplo, probablemente recuerden un libro de hace unos años llamado "Sal, azúcar y grasa", que explica cómo las empresas alimentarias intencionadamente tratan de identificar, usando técnicas sofisticadas de neurociencia, el punto dulce, el punto de felicidad, la combinación exacta de sal, azúcar y grasa en tu comida chatarra que haga que la gente se vuelva adicta. Al igual que las empresas digitales usan lo que se llama "neuromarketing" para tratar de encontrar cuál es la mejor manera de excitar los circuitos cerebrales del consumidor para que se vuelva más adicto con el fin de mantenerlo enganchado a sus productos. Lo que estamos viendo aquí es la ingeniería de masas de la adicción. Y no estamos hablando de teorías de la conspiración. Esta es la realidad. Así es como funciona. Por supuesto, desde el punto de vista de maximizar las ganancias, funciona, porque la gente compra la comida chatarra que va a matarlos o a hacerlos enfermar. Pero a estas empresas no les importa. No es que estén tratando de matarte, como digo en uno de los capítulos de mi libro, simplemente no les importa si mueres, porque lo que realmente les importa son las ganancias. Así que esta sociedad funciona a costa de que la gente tenga esa sensación de vacío deficiente, que hace que las personas piensen que tener más y más es lo que necesitan para llenar ese agujero que tienen dentro.


AMY GOODMAN: Dr. Gabor Maté, parte de la fuerza de su libro, "El mito de la normalidad", son los ejemplos que usa sobre personas en particular, especialmente mujeres, que están enfermas o padecen una enfermedad crónica. Personas como V, anteriormente conocida como Eve Ensler, sobre la cual tiene toda una sección. ¿Puede hablar sobre cómo encaja ella en esta idea de la curación del trauma? Denos algunos ejemplos de casos de estudio.


GABOR MATÉ: Bueno, V, en su impresionante libro, del cual creo que han hablado en su programa, titulado "En el cuerpo del mundo", describe cómo estuvo a punto de morir y luego su recuperación de la etapa 3 y 4 de cáncer uterino, y ella se pregunta en algún momento: "¿Tengo cáncer de violación?". Porque su historia es que ella sufrió de forma crónica, abusos sexuales, físicos y emocionales durante años por parte de su padre. Ahora, sabemos por múltiples estudios que cuanto más trauma y cuantos más abusos sufriste en tu infancia, mayor es el riesgo de padecer una enfermedad autoinmune o una malignidad más adelante. Entonces, por ejemplo, las jóvenes que han sufrido abusos sexuales tienen una tasa mucho más alta de endometriosis, que es un factor de riesgo para el cáncer uterino. También sabemos, por un estudio reciente de Harvard, que cuantos más síntomas de trastorno de estrés postraumático sufra una mujer, mayor es su riesgo de cáncer de ovario. Entonces, cuando Eve se pregunta, "¿Tengo cáncer de violación?", la respuesta es en gran medida: Sí, tiene cáncer de violación. Y después ella pasó por este increíble proceso de curación, que implicó los mejores servicios médicos, que aunque no siempre se realizan de la mejor manera, ciertamente son logros asombrosos de la medicina moderna, y eso realmente ayudó a salvar su vida. Pero Eva también se sometió a una transformación personal. Lo que pasa es que cuando estás traumatizado, y V habla de esto, te desconectas de tu cuerpo. Te desconectas de tu cuerpo porque cuando eres una niña y tu padre abusa de ti es demasiado doloroso estar en tu propio cuerpo, así que te desconectas. Y de repente, V tiene esta importante cirugía, y se despierta con todo tipo de ganglios linfáticos y órganos removidos de su cuerpo y tubos que entran y salen de su cuerpo, pero está de nuevo conectada con su cuerpo. Y ella encuentra esto estimulante. Así que esa pérdida de conexión con el cuerpo es uno de los aspectos del trauma. La reconexión que ocurrió en el caso de V, no solo por la atención médica que obtuvo, sino debido al poderoso apoyo emocional y espiritual que recibió y al que se abrió, ocasionó una transformación completa de su personalidad y de su relación consigo misma. La otra cosa que V hizo es que se convirtió en una poderosa activista. Y ese compromiso social, que la conecta con otras personas y ha dado un significado muy profundo a su vida y su actividad, también es una poderosa forma de curación. Y hablo de eso en el libro. V es un ejemplo muy noble e inspirador de eso. En el libro doy muchos ejemplos de personas que se enfrentan a diagnósticos graves, que la medicina occidental considera casos perdidos, pero logran una transformación poderosa en su relación consigo mismos. Recuperan esa conexión consigo mismos que perdieron como resultado de un trauma. Y al recuperar esa conexión, su enfermedad toma una trayectoria muy sorprendente, a veces milagrosa. En el libro hablo de mujeres con artritis reumatoide o esclerosis múltiple a las que se les dice que van a padecer esa enfermedad por el resto de sus vidas, y que es una enfermedad física y no hay nada que se pueda hacer. Cuando se dan cuenta de que tanto la artritis reumatoide como la esclerosis múltiple tienen que ver con el trauma y el estrés, algo que, por cierto, ha sido probado en todo tipo de investigaciones y a su vez completamente ignorado en la práctica médica, pero cuando se dan cuenta de que la forma en que viven sus vidas… que la enfermedad no es algo accidental, sino una manifestación de cómo viven sus vidas, marcadas por su trauma no resuelto. Así que cuando lidian con ese trauma y desarrollan una forma diferente de relacionarse con ellos mismos, de repente la gravedad de la enfermedad se reduce, como es de esperar cuando te das cuenta de que la mente y el cuerpo son inseparables. Y por cierto, no soy el único que escribe sobre esto. Ha habido investigadores de Harvard y otros lugares que han documentado casos similares. La idea que todos tratamos de exponer es que la mente y el cuerpo son inseparables. El individuo es inseparable del medio ambiente, así que cuando miras a la persona como un todo en todo su entorno y en todo su contexto, entiendes que tenemos disponibles poderosos modos de curación que la medicina occidental, desafortunadamente, parece desconocer.


NERMEEN SHAIKH: Dr. Maté, quisiera que hablara también sobre otro aspecto, otra forma en que la sociedad puede exacerbar un trauma individual. En su libro usted critica esta idea de que las personas deben simplemente superar sus traumas, esta idea de resiliencia. ¿Cuáles son los efectos de ese modo de abordar el trauma? Y si pudiera enlazarlo también con lo que acaba de decir sobre la forma en que el sistema médico y la medicina occidental entienden la cuestión de las heridas psíquicas?


GABOR MATÉ: El estudiante medio de medicina… La forma en que el sistema médico lidia con el trauma es que no lo hace. Al estudiante medio de medicina no le dan una sola clase sobre la relación entre el trauma y las enfermedades físicas o mentales, a pesar de la cantidad de pruebas documentadas al respecto. Así que hay una gran brecha entre nuestra ciencia y nuestra práctica médica, y muchos médicos acaban entendiendo esto tras salir de las facultades de medicina. Tienen que averiguarlo por su cuenta, porque durante su formación no se les prepara para ello. De hecho, su propia formación es a menudo tan traumática en sí misma, y sus propios traumas no son tratados, por lo que simplemente no están preparados para lidiar con los traumas de sus pacientes. Es algo que se ignora casi por completo en la práctica médica. Respecto al asunto de "superar" los traumas y de la resiliencia, hay una bella historia, además de verdadera, que mi amigo, el Dr. Lewis Mehl-Madrona, quien tiene raíces en el pueblo Lakota Sioux, y que es psiquiatra y médico, me contó. Él es también escritor. Y me contó que en la tradición Lakota, cuando alguien se enferma, la comunidad le dice: "Gracias, tu enfermedad representa alguna disfunción de toda nuestra comunidad, porque no estamos separados. Tu cuerpo no está separado de tu mente, y tu mente no está separada del resto de nuestras mentes. Nos cocreamos los unos a los otros. Tu enfermedad representa alguna disfunción o algún desequilibrio de toda nuestra comunidad. Así que tu curación es nuestra curación. ¿Cómo podemos apoyarte?". Esa es la forma tradicional en las que los pueblos indígenas entienden al ser humano, algo que, por cierto, la ciencia moderna tiene más que validado, pero que la medicina moderna sigue ignorando. Así que el peso de superar una enfermedad no recae solo en ese individuo. En realidad, la resiliencia es entendida como un esfuerzo comunitario y como un atributo comunitario. Y cuando aíslas a las personas, las atomizas, les haces sentir culpables o débiles debido a su enfermedad, y al decirles que superen sus traumas, simplemente las estás avergonzando y aislando más, y estás afianzando la huella provocada por esos traumas. Lo que la gente necesita es comunidad, contacto, compasión, seguridad. Eso es lo que permite a las personas superar sus traumas. Y desafortunadamente, no es algo que tengan a su disposición.


AMY GOODMAN: Hay unas cifras increíbles del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de EE.UU. que revelan que la esperanza de vida en EE.UU. cayó de 79 años en 2019 a 76 en 2021, el mayor descenso en casi un siglo. Es algo sorprendente si se tienen en cuenta los avances de la medicina moderna, pero tal vez no tan sorprendente cuando te fijas en el tipo de sistema de salud que tenemos en este país, el cual aumenta las disparidades entre quienes tienen riqueza y quienes no la tienen, que es lo que ocurre con la salud en un sistema capitalista. ¿Podría comentar algo a este respecto?


GABOR MATÉ: El impacto de la desigualdad ha sido estudiado por Sir Michael Marmot, que es un epidemiólogo británico y expresidente de la Asociación Médica Mundial. Y ellos hablan de un gradiente social en el que, conforme más baja sea tu clase social, mayores son los riesgos para tu salud. Y esto se ha sabido durante décadas. Este declive en la esperanza de vida de la población de EE.UU. puede ser analizado como una especie de patología misteriosa e individual o podemos centrar la atención en las condiciones sociales que lo impulsan. Y gran parte de eso se debe a la despoblación del corazón industrial estadounidense debido a la globalización y la consecuente pérdida de un significado y propósito vital y de un empleo digno. Esto es lo que se ha llamado en Estados Unidos "muertes por desesperación". Muchas de ellas son muertes por suicidio, sobredosis de drogas y alcoholismo. Y el suicidio, las sobredosis de drogas y el alcoholismo son resultados directos de una sociedad que priva a las personas de un significado y un sentido de pertenencia, así como de un sentido de conexión, de saber que son valoradas y de tener una motivación. Así que, como dije antes, podemos ver estas manifestaciones como patologías individuales, sin ninguna explicación, o podemos verlas como el resultado de una cultura tóxica. Es lo mismo que ocurrió con el colapso de la antigua Unión Soviética: pérdida de puestos de trabajo, pérdida de significado y propósito. La esperanza de vida de los hombres se desplomó drásticamente en pocos años. Ahora estamos viendo el mismo fenómeno en Estados Unidos.


AMY GOODMAN: El título de su libro es "El mito de la normalidad: trauma, enfermedad y curación en una cultura tóxica". ¿Por qué no terminamos con esa cuestión de la curación, tanto individual como socialmente?


GABOR MATÉ: Sí. Si miras el origen de las palabras, algo que a menudo yo hago, la palabra "heal", curar en inglés, proviene de la palabra plenitud. Así que la curación es en realidad un movimiento hacia nuestra plenitud. Por lo tanto, si el trauma es una división de nosotros mismos, por ejemplo, una separación de nuestros cuerpos, como en el caso de V, que tuvo que desconectarse de su cuerpo para sobrevivir a su infancia, entonces la curación es una reconexión con nosotros mismos. Y si pensamos que el trauma no es las cosas terribles que nos han ocurrido, sino la herida que sufrimos y portamos con nosotros, ese es un mensaje muy positivo, porque significa que esa herida se puede curar en cualquier momento. Si el trauma es lo que me pasó hace 77 años, cuando mi madre me entregó a una desconocida, es algo que no puedo borrar. Pero si el trauma es lo que yo hice que eso significara para mí, la herida que sufrí, el sentimiento de que yo no era alguien digno de ser amado o valorado, esa herida en nuestro interior puede ser curada en cualquier momento. Así que la última y más larga sección del libro explora lo que llamamos "caminos a la curación" o caminos hacia la plenitud. Ese es el significado de sanar. Hay muchos caminos diferentes. No hay un único camino para todos. Tiene que comenzar con el reconocimiento de que la forma en que vivimos y nos relacionamos con nosotros mismos y con otras personas no es saludable. Puede ser lo normal en esta cultura, pero no es saludable ni natural. Hay mejores caminos. Y lo mismo es cierto para nuestra cultura. Y el primer paso esencial es lo que yo llamo estar desilusionado. La gente suele pensar en la desilusión como algo desalentador y negativo. No. ¿Prefieres estar ilusionado o desilusionado? ¿Prefieres ver el mundo a través de lentes de color rosa, sin ver lo que tenemos delante, o prefieres lidiar con la realidad tal y como es? En el último capítulo del libro cito a James Baldwin, el gran James Baldwin, quien dijo que no todo a lo que nos enfrentamos se puede sanar, pero nada que no se enfrente puede sanarse.


AMY GOODMAN: Dr. Gabor Maté, aclamado médico y escritor canadiense. Autor junto a su hijo Daniel del nuevo libro "El mito de la normalidad": trauma, enfermedad y curación en una cultura tóxica". El Dr. Maté estará esta noche aquí en Nueva York en el centro cultural 92nd Street Y, donde conversará con Tara Westover, autora del libro de memorias "Educated". Y así terminamos nuestro programa. Para ver todas nuestras entrevistas con el Dr. Maté, Visite democracynow.org. ¡Feliz cumpleaños para Sam Alcoff! Democracy Now! está producido por Mike Burke, Renée Feltz, Deena Guzder, Messiah Rhodes, Nermeen Shaikh, María Taracena, Charina Nadura, Sam Alcoff, Tey-Marie Astudillo, John Hamilton. Soy Amy Goodman. Gracias por acompañarnos.




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