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[CONVOCATORIA] FORMACION DE ANIMADORES Y EQUIPOS DE SALUD POPULAR CEBMX - 2021

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domingo, 27 de diciembre de 2020

Empresas de productos chatarra recurren al engaño en la pandemia.


Date: sáb, 26 de dic. de 2020 
Empresas de productos chatarra recurren al engaño en la pandemia.

Empresas de productos chatarra recurren al engaño en la pandemia.

Con estrategias agresivas de engaño buscaron que sus artículos fueran "esenciales". Los presentaban como seguros y vitales para el hogar.


Gigantes corporaciones de alimentos y bebidas aprovecharon la pandemia de Covid-19 para promover sus alimentos ultraprocesados (chatarra) entre poblaciones especialmente vulnerables de México y de otros países, reveló un estudio de Incubadora de Promoción de la Salud Mundial (GHAI, por sus siglas en inglés).


En su informe Frente a dos pandemias. Cómo las grandes empresas de alimentos socavaron la salud pública en la era del Covid-19, la organización civil detalla cómo firmas como Coca-Cola, McDonald's, Nestlé y PepsiCo, entre otras, aprovecharon la pandemia para comercializar sus productos de manera agresiva y tratar de influir en las políticas alimentarias alrededor de mundo.

En el caso concreto de México, señala el documento, las grandes corporaciones intentaron posponer, con el argumento de la crisis económica por la pandemia, la entrada en vigor del nuevo etiquetado frontal que mediante octágonos negros advierte al consumidor sobre los altos contenidos en grasas, azúcares, calorías y sodio en alimentos y bebidas procesadas.


Las empresas trabajaron entre bastidores para bloquear las políticas alimentarias, incluso usaron el Covid-19 como pretexto para retrasar la puesta en marcha de un nuevo etiquetado de advertencia México, apuntó el informe elaborado con datos de 18 países, donde encontró más de 280 ejemplos de acciones negativas de la industria.


En México, la iniciativa privada, encabezadas por el Consejo Coordinador Empresarial, la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, y por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) alzaron la voz para posponer el nuevo etiquetado; sin embargo, el gobierno comenzó su aplicación desde el primero de octubre, con sanciones para quienes incumplan a partir del primero de diciembre.


Además de tratar de frenar la nueva norma, las grandes empresas, señala el documento, emprendieron en México y en otros países múltiples estrategias de comercialización de comida chatarra y bebidas azucaradas durante la pandemia, apelando a sentimientos como la nostalgia y la comodidad, mientras personas de todo el mundo permanecían en cuarentena en casa.


Otras acciones cuestionables de la industria durante la pandemia, señala el informe, son posicionar los alimentos y bebidas ultraprocesados como productos esenciales, cuando no saludables, o llevar a cabo acciones filantrópicas mientras se ejerce presión activa contra las políticas de alimentación saludable.


Además de "donar" alimentos y bebidas chatarra a poblaciones vulnerables, incluidos niñas y niños en programas escolares y otras poblaciones de bajos ingresos, lo que contribuye a empeorar las condiciones de salud como obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Estos mensajes engañosos ayudaron a posicionar los productos alimenticios y las bebidas no saludables como seguros y vitales para el consumo doméstico, advierte el organismo.



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martes, 22 de diciembre de 2020

EPOC, novena causa de muerte en México - Gaceta UNAM 2020

 


El tabaquismo, principal factor de riesgo: Guadalupe Ponciano Rodríguez, de la Facultad de Medicina

Patricia López    Nov 17, 2020
DÍA MUNDIAL DE LA EPOC
Esta enfermedad mata la misma cantidad de mujeres que los cánceres de mama y el cervicouterino.

Se calcula que en el mundo 64 millones de personas tienen la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que está conformada por dos padecimientos: enfisema pulmonar y bronquitis crónica.

“Ambos comparten la obstrucción al flujo aéreo, es decir, un problema para poder inhalar y exhalar el aire que respiramos”, explicó el médico neumólogo Gabriel Escobedo Arenas, de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina (FM).

Según proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la EPOC para 2030 se habrá convertido en la cuarta causa de muerte en todo el planeta.

En cuanto a la EPOC y el tabaquismo, que es su principal factor de riesgo, la mortalidad atribuible en esta asociación es de alrededor de 10 mil 400 personas cada año. “Estas muertes podrían ser prevenibles si la gente dejara de fumar”, advirtió Guadalupe Ponciano Rodríguez, coordinadora del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo de la FM.

La especialista citó datos de la OMS que señalan que cada año fallecen tres millones de personas por este mal.

A propósito del Día Mundial de la EPOC, que se conmemoró el 15 de noviembre, Escobedo detalló que, en México, esta enfermedad en 2018 fue la novena causa de mortalidad. “Pero lo alarmante es que cuando la analizamos por género, en el hombre se conserva en la novena causa de mortalidad, pero en la mujer asciende a la sexta”, señaló. Además, la EPOC es irreversible, pues una vez que se detecta el daño ya no hay marcha atrás.

“Cerca de 90 por ciento de las defunciones son en mayores de 65 años de edad, así que dentro de 15 o 20 años será una de las principales causas de mortalidad. Si la analizamos por EPOC se encuentra casi al mismo nivel que si juntáramos el cáncer de mama y el cervicouterino. La EPOC mata la misma cantidad de mujeres que esos dos cánceres en ellas”, refirió Escobedo.

Hay más casos en mujeres porque antes no fumaban y hoy en día trabajan en campos que antes eran exclusivos de los hombres, como la minería y empleos con sustancias tóxicas, que predisponen a esa afección. “Además, las mujeres en zonas marginadas cocinan en estufas de leña y encienden fogones para calentarse en zonas frías y pobres”.

Daña a hombres y mujeres que trabajan con sustancias tóxicas, polvos, quema de carbón y de petróleo, aunque no en las mismas cantidades que el consumo de tabaco, precisó. También afecta a niños expuestos al humo de la quema de leña por estar junto a un fogón. “En ese sentido la EPOC es una enfermedad de la pobreza, pues también contribuyen las infecciones en la infancia en las vías aéreas superiores, muy frecuentes en niños marginados”, comentó Escobedo.



Diagnóstico

Este mal puede empezar indistintamente con enfisema pulmonar o bronquitis crónica. Para hacer el diagnóstico se usan datos clínicos como tos, falta de aire y flema.

“El primer síntoma es un acceso de tos fuerte al despertar, donde se expulsa una flema y la persona no vuelve a toser sino hasta el día siguiente. A esto los franceses le llaman ‘lavado bronquial matutino’ y los estadunidenses le dicen ‘tos de fumador’”, pormenorizó Escobedo.

De ahí la enfermedad avanza a la presencia de flemas y de falta de aire. “Con cualquiera de estas manifestaciones sospechamos de EPOC; hacemos un diagnóstico definitivo con un estudio de espirometría, en que se hace soplar al paciente en un aditamento que está conectado a una computadora y se mide la fuerza con la que el paciente está metiendo y sacando aire”, expuso el neumólogo.

Este estudio se realiza en menos de 30 minutos porque hay que hacerlo sin medicamento. “Luego le damos un medicamento broncodilatador para ver la respuesta. El examen dura entre 30 y 40 minutos y nos da el diagnóstico de EPOC”. Y se completa con una biometría hemática y una radiografía del tórax para descartar otra posibilidad.

“Generalmente se relaciona con otras enfermedades asociadas al tabaquismo, como cáncer de pulmón”, indicó Escobedo, y agregó que generalmente la EPOC se presenta con diabetes, hipertensión, obesidad y apnea del sueño.



Etapa avanzada

Gabriel Escobedo dijo que cuando el paciente está en una etapa avanzada requiere terapia con oxígeno en casa y empieza a vivir encerrado, así que desarrolla depresión, pues ya no tiene el mismo tipo de vida. “Están recluidos en casa y conectados al tanque de oxígeno, pues difícilmente el sector salud da el oxígeno ambulatorio, que depende de tener recursos. Por ello son pacientes con idea suicida”.

La EPOC es una afección incapacitante y va consumiendo al paciente lentamente. No hay, hasta el momento, ningún tratamiento que lo cure, así que se pone una barrera a la enfermedad con los medicamentos y, sobre todo, con la supresión del hábito tabáquico o la exposición a la quema de la leña.

“Con los medicamentos se logra que el mal vaya más lento. Utilizamos broncodilatadores en forma inhalada. Antes eran medicinas tomadas y tenía efectos cardiovasculares importantes; sin embargo, con los inhalados los efectos adversos han disminuido mucho. El tratamiento es suspender el consumo de tabaco, es esencial; hacer una vida más activa y darle medicinas para ayudarle a mejorar sus condiciones de vida, pero sin las dos primeras de nada sirven los fármacos”, comentó el especialista.

Falla en la prevención

Escobedo consideró que la EPOC es en buena medida una enfermedad de pobres con medicamentos de gente rica, aunque el sector salud cuenta con medicamentos apropiados para atenderla. La pueden manejar neumólogos, médicos internistas y médicos de primer contacto.

“En lo que hemos fallado el personal de salud -finalizó- es en la prevención. Es un padecimiento que no debería tener alta mortalidad y tantos gastos; es caro, lento, y con sobrevida de cinco a 10 años”.

El tabaquismo es el principal factor de riesgo para desarrollar la EPOC, alertó Guadalupe Ponciano Rodríguez.

“En el humo del tabaco podemos encontrar hasta siete mil sustancias químicas, de las cuales alrededor de 250 son altamente tóxicas para el ser humano, y hay otro grupo que puede ocasionar cáncer y, dependiendo del tipo de tabaco, contiene entre 60 y 70 diferentes carcinógenos”, aseveró la investigadora.

Con esta mezcla, cuando un fumador inhala a profundidad (o “le da el golpe” al cigarro) estas sustancias llegan a las partes más finas del aparato respiratorio, que son los alveolos pulmonares.

“Los alveolos pulmonares son esenciales en nuestro aparato respiratorio; allí ocurre el intercambio gaseoso y tenemos una gran cantidad de capilares sanguíneos que toman el oxígeno que inhalamos cada vez que respiramos; así que necesitamos alveolos en buenas condiciones, elásticos, que funcionen adecuadamente”, dijo.

Pero las sustancias del tabaco causan un estado de inflamación crónica y generan radicales libres de oxígeno que se unen al material genético de las células y determinan un daño muy importante e incluso la muerte de esas células, apuntó. “A nivel de alveolo se va destruyendo el tejido. En el caso de la EPOC hay un incremento del moco que recubre la parte interna del bronquio lo que hace que se obstruya la pared de los bronquios, así que el espacio por donde pasa el aire está muy limitado.”

Esa destrucción se llama enfisema pulmonar, y éste no se repara, así que el paciente empieza a tener problemas en cuanto a su aporte de oxígeno a los diferentes órganos, y somos seres aerobios que no podemos vivir sin oxígeno. Con esta afección la persona desarrolla disnea, falta de aire cuando hace algún tipo de ejercicio.

“Aunque el daño por el tabaquismo es irreversible, las personas mejoran si dejan de fumar y tienen mejores expectativas con la EPOC”, concluyó Ponciano.


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Salud deteriorada, enfermedades crónicas y obesidad - Reporte Indigo 20201120

 

Salud deteriorada, enfermedades crónicas y obesidad


Ernesto Santillán

Reporte Indigo - Nov 20, 2020


México está enfermo. La salud de las personas se deteriora año con año y las enfermedades crónicas, que en estos momentos son especialmente riesgosas por la pandemia de COVID-19, van en aumento.

De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018-2019, la obesidad y el sobrepeso se han vuelto un tema grave para todos los grupos de edad de la población.

En el país, la prevalencia nacional de estas enfermedades es más alta que en el resto del mundo, prueba de ello es que uno de cada tres niños en edad escolar, alrededor de 35 por ciento de los adolescentes y más de tres cuartas partes de los adultos presentan estas condiciones.

Además, estos problemas no se detienen, pues pasaron de estar presentes en 2017 en el 72.5 por ciento de la población y dos años después el porcentaje fue de 75.2 por ciento, tanto en hombres como en mujeres.

Estos resultados preocupan ya que el sobrepeso y la obesidad constituyen un reto para la salud de primer orden, pues desencadenan otros padecimientos crónicos no transmisibles como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, diabetes, osteoartritis y varios tipos de cánceres.

Al respecto, el titular de la Secretaría de Salud, Jorge Alcocer, enfatizó la importancia de conocer los patrones de alimentación con el fin de modificarlos e incidir en la prevalencia de las enfermedades crónico-degenerativas, especialmente en estos momentos de crisis sanitaria.

“Hoy más que nunca estos padecimientos nos arrebatan la vida de miles de personas al año, y el problema se agravó con la llegada del coronavirus, haciendo imperioso y urgente un cambio de raíz”.

Aunado al difícil reto de combatir la obesidad, el secretario explicó que también es urgente atender la diabetes mellitus que se incrementó de 9.2 por ciento en 2012 a 10.3 por ciento en 2018.

“En menos de medio siglo, la diabetes se ha convertido en uno de los principales problemas de salud en México. El 14.4 por ciento de los adultos mayores de 20 años tienen la enfermedad, siendo el porcentaje mayor de 30 por ciento después de los 50 años”, dice el estudio del Inegi.

Además, revela que desde el año 2000, es la primera causa de muerte en las mujeres y la segunda en los hombres y es uno de los motivos más frecuentes de incapacidad prematura, ceguera y amputaciones de extremidades no causadas por traumatismos.

Hoy en día, es una de las cinco enfermedades con más impacto económico al sistema de salud.

La hipertensión arterial, que pasó de 16.6 por ciento a 18.4 en el mismo periodo de tiempo, también debe atenderse con precaución, pues se asocia con el aumento de 7 por ciento en el riesgo de mortalidad por cardiopatía isquémica y 10 por ciento en el de mortalidad por accidente cerebrovascular.

Además es considerada como un importante factor de riesgo de infarto al miocardio, ictus isquémico y hemorrágico.

Por su parte, la desnutrición crónica que se elevó de 13.6 a 14.2 tuvo un incremento de manera específica en los últimos dos años al registrar un aumento de dos puntos porcentuales para los que habitan en localidades urbanas y un poco menos para los que residen en localidades rurales.

“Cabe destacar que en 2018, la prevalencia de desnutrición actual, se presentó mayormente en los niños y niñas de localidades rurales (2.3 por ciento) en comparación con las urbanas (1.1 por ciento).

El sedentarismo, a pesar de no ser una enfermedad como tal, también debe evitarse, pues fomenta el desarrollo de padecimientos.

La Ensanut dice que los adultos pasan en promedio más de tres horas sentados en el día, lo que va ampliamente ligado con las enfermedades crónicas. Por lo que es importante promover no sólo la práctica de actividad física moderada y vigorosa, sino también la disminución de actividades sedentarias a lo largo del día como el transporte inactivo y tiempo frente a una pantalla, entre otros.

Sin embargo, aseguran que esto se puede complicar ante la falta de espacios adecuados para la realización de estas actividades.

“Se debe considerar una mejor planeación de espacios activos, accesibles y seguros que permitan y fomenten estilos de vida más dinámicos, tanto en momentos de ocio y recreativos, como durante la rutina diaria para disminuir el sedentarismo”, recomienda el estudio.

Para el doctor Miguel Gómez Sámano, internista endocrinólogo, los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, no se deben tomar a la ligera, especialmente en estos momentos de pandemia.

Y asegura que aunque los servicios de salud son responsabilidad del Estado, los ciudadanos también deben de tomar un papel activo para generar conciencia y cuidar de sí mismos.

“En México muchas de las personas con enfermedades crónicas no se atienden. Algunas porque no tienen los recursos necesarios, pero muchas otras porque simplemente no le dan la importancia necesaria hasta que ya se encuentran en una situación muy complicada.

“Lo que quiero decir es que se debe educar a la gente para prevenir, no solo invertir millones de pesos en los servicios de atención para cuando los padecimientos ya se presentaron”.

Además, el galeno sugiere que en lugar de que se estén repartiendo ayudas en efectivo por parte del gobierno sin saber con certeza en qué las ocupa la gente, mejor se deberían utilizar estos recursos para desarrollar un programa de bonos donde se premie a los pacientes con sobrepeso que se atiendan, bajen kilos y se mantengan en buenas condiciones al igual que con los pacientes con diabetes.

“Seguramente sale más barato dar estos premios que las complicaciones de estas enfermedades”, opina.


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